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Federer pone a tiro el sueño en París

  • El suizo se enfrentará en la final a Soderling, el verdugo de Nadal · Ruano y Medina repiten título en dobles femenino

El suizo Roger Federer y el sueco Robin Soderling lucharon al máximo y ganaron en cinco sets al argentino Juan Martín del Potro y al chileno Fernando González, respectivamente, para firmar su pase a una final inédita en Roland Garros. Además, las españolas Anabel Medina y Virginia Ruano ganaron su segundo Roland Garros consecutivo en dobles al vencer en la final a la bielorrusa Victoria Azarenka y a la rusa Elena Vesnina, por 6-1 y 6-1, en 79 minutos, en la despedida de Vivi, que se situó a una victoria de los siete triunfos de dobles de la estadounidense Martina Navratilova y que lleva ya once Grand Slams.

Federer jugará su cuarta final consecutiva en París, y la primera sin tener a Rafa Nadal enfrente, al vencer al de Tandil por 3-6, 7-6 (2), 2-6, 6-1 y 6-4 después de tres horas y 28 minutos. Será la decimonovena final de Grand Slam para el suizo, que iguala así las del checo Ivan Lendl.

Soderling se salvó de una derrota anunciada, pues perdía 4-1 en el quinto set, pero liquidó a González en otra épica batalla, por 6-3, 7-5, 5-7, 4-6 y 6-4, también en tres horas y 28 minutos, para alcanzar su primera final en un Grand Slam. Fue feliz, aunque sabe ahora que Federer le ha ganado las nueve veces que se han enfrentado.

El público, una vez más, se decantó descaradamente a favor de Federer. Quieren que gane el título como sea y que iguale los 14 títulos de Grand Slam de Pete Sampras de una vez y aquí. Pero su actitud en el desempate, aplaudiendo los fallos de Del Potro, fue vergonzosa.

Federer ganó porque tiene más clase, supo plantear mejor la estrategia, con perfectas dejadas, y su saque fue superior al del argentino, pero Del Potro planteó un encuentro casi perfecto, teniendo en cuenta que hasta ayer nunca había ganado un set al suizo en cinco enfrentamientos previos.

El suizo nunca estuvo seguro ante un incansable Del Potro, que tras ceder su servicio en el primer juego del quinto set, fue capaz de romper luego en el sexto e igualar 3-3 con un golpe de revés cruzado demoledor.

Cansados los dos, era cuestión de paciencia, y eso le faltó al argentino, que se quebró cuando entregó su saque a continuación, con una doble falta, la quinta, al cuarto punto de rotura. Del Potro salvó una bola de partido en el noveno juego, pero Federer culminó con una derecha abierta en el siguiente.

En la otra semifinal, en el duelo de las dos derechas más potentes del circuito, Soderling destruyó a González en el quinto set remontando una desventaja que para cualquier otro hubiera sido definitiva, menos para él, desbordado de confianza tras ganar nueve partidos ya seguidos sobre tierra batida (seis aquí y tres en la Copa del Mundo por Equipos de Düsseldorf).

Soderling solo ha ganado cuatro encuentros en su carrera al mejor de cinco sets, y nunca había avanzado más allá de la tercera ronda de sus anteriores 21 torneos de Grand Slam disputados. Pero éste es un Soderling sorprendente, que vive un momento casi irreal. De los cuatro semifinalistas, el de Tibro era el único que no había ganado un solo torneo en tierra batida. Los tres títulos que posee (Lyon en 2004 y 2008, y Milán 2005) fueron en moqueta y bajo techo. Jamás ha triunfado en arcilla y al aire libre.

González, primer chileno en alcanzar las semifinales en Roland Garros desde 1960 (Luis Ayala), perdió una gran ocasión para lograr su segunda final del Grand Slam (Abierto de Australia 2007), y eso que empezó con rotura en la primera manga, y luego en la segunda dispuso de un punto de set, pero Soderling lo anuló con un soberbio saque directo.

En el partido de dobles femeninos Ruano y Medina arrollaron a sus rivales, ganando diez juegos seguidos, desde el 1-1 del primer set al 5-1 del segundo, e hicieron saltar por aires la paciencia de Azarenka, una jugadora polémica e irritable, quien en repetidas ocasiones lanzó la raqueta al aire al acumular varias dobles faltas, y que había dedicado un corte de mangas al público en su partido de individuales contra la española Carla Suárez.

En su despedida, Vivi Ruano no quiso olvidarse de nadie y repartió agradecimientos. "Gracias a todos los que están aquí viendo el partido de dobles", dijo la madrileña, "me gustaría dedicar este trofeo a mi padre, porque hoy era su cumpleaños", recordó Vivi a su progenitor ya fallecido mirando al cielo. "Gracias a todos los de mi banquillo, por aguantarme", señaló.

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