Tenis

Ferrer y Almagro dejan a un punto el pase a la final de la Davis

  • El alicantino vence al estadounidense Querry mientras que el murciano hace lo propio con Isner en cinco mangas.

David Ferrer y Nicolás Almagro saldaron sus partidos con victoria ante Sam Querrey y John Isner, respectivamente, para liquidar la primera jornada contra Estados Unidos en Gijón con un claro 2-0 y colocar a España a un solo punto de su novena final de la Copa Davis. David Ferrer abrió la jornada con una trabajada victoria ante Sam Querrey por 4-6, 6-2, 6-2 y 6-4 en dos horas y 58 minutos, para que Almagro soltase el brazo después, jugase con más confianza y ganase un durísimo encuentro contra Isner, por 6-4, 4-6, 6-4, 3-6 y 7-5 en cuatro horas y 15 minutos para cerrar la jornada con una espectacular y amplia victoria española.

El conjunto estadounidense, el que mayor número de victorias ha conseguido en esta competición con 32, solo ha remontado una vez en su historia un 2-0 abajo tras la primera jornada. Fue hace 78 años contra Australia, en la final Interzonas que en aquella edición se disputó en la pista central de Wimbledon, y en la que terminó imponiéndose por 3-2. Este sábado, a partir de las 14:00, se disputará el encuentro de dobles entre Marcel Granollers-Marc López contra los hermanos Mike y Bob Bryant, recientes campeones del Abierto de EE.UU.

El Parque Hermanos Castro de Gijón vibró con las dos victorias españolas. Y Ferrer notó el aliento de los aficionados en el fragor de la batalla. El de Javea, que llegó el lunes desde Nueva York a Gijón tras lograr las semifinales del Abierto de EEUU en un avión fletado por la Federación Española de Tenis, ha tenido muy poco tiempo para aclimatarse al cambio de pista dura a rápida, y a estas alturas de la temporada nota ya el peso de los partidos en sus piernas.

En una jornada ventosa, Querrey, 26º del mundo, presentó una dura batalla a David y durante casi una hora, Jim Courier, su capitán se frotó las manos. Jimbo, como sucedió en la eliminatoria del pasado año en Austin (Texas), se presentó impecablemente trajeado y con corbata, y respiró con placer cuando su jugador número dos se apuntó el primer parcial en 43 minutos después de salvar un 4-2 favorable a Ferrer. Corretja, con polo de manga corta y pantalón corto, no se inquietó por esta perdida inicial. Sabía el capitán español que su actual número uno es capaz de remontar circunstancias adversas gracias a su coraje y piernas, y no se equivocó.

David necesitó trabajar a fondo y ajustar más sus golpes para nivelar la contienda. Le costó lo suyo, porque el de San Francisco aguantaba los largos intercambios para colocar su derecha como un tremendo latigazo, profunda y a la línea. No obstante, la regularidad de Ferrer terminó imponiéndose en los tres siguientes parciales, a pesar de que el saque de su rival llegó hasta los 219 kilómetros por hora, mientras que el de Ferrer se mantuvo inseguro (salvó nueve puntos de rotura en el último parcial). Al final los dos jugadores acabaron con los mismos saques directos, ocho, pero lo que decidió el partido fue el resto de David que una vez más cumplió con su condición de quinto jugador mundial, y que se mantiene invicto en tierra batida en Copa Davis, donde acumula ya 15 victorias, con un balance general de 20-4,

A Almagro no le faltó ese pundonor, ni la magia que irradia cuando su formidable talento se expande en su brazo derecho. Había ganado a Isner en el único precedente entre ambos, en Wimbledon el año pasado, pero el estadounidense ha estado este año magistral en Copa Davis, ganando sus cuatro partidos individuales sobre tierra. Sus victorias en Friburgo contra Suiza, donde derrotó a Roger Federer en cuatro sets, y luego a Chiudinelli, y en el Montecarlo Country Club al vencer a Jo-Wilfried Tsonga y cerrar la contienda derrotando a Gilles Simon, le habían convertido en el relevo perfecto para cubrir la retirada del hombre clave estadounidense los últimos años, Andy Rodicck

La diferencia de 23 centímetros entre el americano y el español apenas se notó en cuanto al juego de uno y otro. Almagro, más centrado que nunca, ganó el primer set con una rotura en el tercer juego, e incluso pudo adelantarse en el segundo parcial cuando dispuso de tres oportunidades en el séptimo. Fue ahí donde Isner sacó a relucir la garra que había mostrado este año cuando superó tres bolas de partido al checo Tomas Berdych en la final de Winston-Salem, y tras salvar su servicio rompió el de Almagro para hacerse con el segundo set.

Pero Almagro no se rindió, y en el tercer parcial su derecha cruzada encontró ángulos inverosímiles en el cuadro de recepción. Rompió el español en el tercer juego, tras salvar dos puntos de rotura en el anterior, y conservó la calma para cerrarlo en el décimo y gritar con fuerza su alegría. Tras una visita al cuarto de baño, situado a unos 200 metros de la pista, Almagro volvió al encuentro. Debía rematar pero al encontrarse algo nervioso por tener la victoria tan cerca desperdició seis puntos de rotura y cedió su servicio en el octavo juego. Isner volvía al encuentro y ambos encaraban el quinto y definitivo set.

Con problemas en el hombro y la necesidad de ganar para no quedarse con mal sabor de boca, Nico exprimió al máximo sus fuerzas. Dispuso de tres bolas de partido en el décimo juego, pero el servicio de su rival congeló dos de ellas con sendos aces, y un revés fallido del murciano dio al traste con sus esperanzas. Isner parecía tocado en la pierna izquierda pero se mantenía en pista. Sus 25 saques directos se lo permitieron pero a la cuarta oportunidad de Almagro, el gigante de Greensboro se rindió con una derecha al fondo, lejos de los márgenes, que permitía al español tumbarse en la pista para saborear una gran victoria.

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