El español David Ferrer avanzó a las semifinales de Roland Garros al derrotar a su compatriota Tommy Robredo 6-2, 6-1 y 6-1. Número cinco del ranking mundial, Ferrer dominó por completo a su rival, 34 de la clasificación, en un partido que ganó en una hora y 25 minutos. "Fue un gran partido, fui muy consistente, quizás Tommy estaba cansado de los partidos anteriores", dijo Ferrer, que a sus 31 años todavía no ha podido llegar a una final de Grand Slam y se enfrentará en semifinales a Jo-Wilfried Tsonga.

Robredo venía de ganar tres partidos consecutivos en los que comenzó perdiendo dos sets a cero. Ferrer llega a semifinales sin haber cedido un set. "Claro que estoy listo para ese partido", dijo el español. "Es mi segunda semifinal en Roland Garros y es un momento muy importante para mí".

En la lucha por un puesto en la final Ferrer se las verá con el francés Jo-Wilfried Tsonga, que puso fin al sueño del suizo Roger Federer al despedirlo con autoridad del torneo. Número seis del mundo, Tsonga se impuso 7-5, 6-3 y 6-3 al suizo, tercero de la clasificación, para avanzar a semifinales. "Estoy muy contento por estar aquí y haber vencido a Federer. Creo que jugué muy bien gracias a mi trabajo de toda la temporada", analizó Tsonga, que ganó en una hora y 51 minutos. Los restantes cuartos de final verán medirse este miércoles al español Rafael Nadal con el suizo Stanislas Wawrinka y al serbio Novak Djokovic con el alemán Tommy Haas.

Federer comenzó mandando en el estadio Philippe Chatrier, el principal escenario de Roland Garros. Al suizo le funcionaban el saque y los golpes de fondo, dominaba el encuentro y así tomó una ventaja de 4-2. Entonces su juego entró en cortocircuito. Perdió el servicio y quedó 4-4. El partido parecía ir rumbo a un tie break, pero los desajustes del suizo con la derecha crecieron y el francés se encontró con tres puntos de set, un 5-6 y 0-40 con servicio de Federer. Ahí volvió a brillar el suizo, que se recuperó hasta 40-40 incluyendo en el segundo punto de set un delicioso passing shot cruzado de revés en el que tocó la pelota. Pero fue un espejismo: Federer volvió a fallar, y ya no se recuperaría del cuarto punto de set.

El partido había cambiado de manos y Tsonga no permitiría que volviera a las de Federer. Con el francés en ventaja de 3-0, Federer reaccionó y volvió a ganar un juego. Enseguida fue a cambiar de raqueta para volver con una con diferente tensión en las cuerdas, pero Tsonga lo imitó y cambió de arma para darle aún más contundencia a su saque. El resto del partido se fue entre Federer intercalando algún gran golpe en medio de un concierto de errores y Tsonga mandando con la autoridad que se le suponía al suizo. Un revés, el enésimo error de Federer en la fresca y soleada tarde en París, se fue largo y Tsonga festejó junto a 15.000 espectadores la victoria.

Treinta años después, el sueño de un francés que imite la hazaña de Yannick Noah en 1983 parece más real de lo que se creía al iniciarse el torneo. Tsonga mostró su respeto por Ferrer: "Es el único que ha llegado sin perder un set, está muy en forma".