El Mundial de Brasil entrará a partir de mañana en su etapa decisiva, que se perfila como un claro duelo entre Europa y Latinoamérica, con cuatro equipos clasificados por continente para los cuartos de final.

Los mismos equipos que quedaron líderes de sus respectivos grupos pelearán por las cuatro plazas de las semifinales en Brasil 2014, un hecho que no se daba desde el Mundial de Francia 1998.

Por primera vez desde 1938, de los ocho partidos de octavos cinco fueron a la prórroga. Además, dos se definieron en penaltis, lo que refleja una gran igualdad entre las selecciones y ningún ganador fijo.

La tan mentada ventaja de ser local en América del Sur ya no parece ser tan decisiva en la recta final del torneo. En comparación con Sudáfrica 2010, Europa incluso dio vuelta la ventaja en cuartos de final de 3-4 a 4-3, favorecido también por los dos duelos directos del continente anfitrión en los octavos de final de Brasil. Pese al empate actual, en la comparación directa, Sudamérica lleva una ventaja sobre Europa de 7-2.

Los resultados dejaron claro que sólo dos representantes de la Conmebol pueden alcanzar la ronda de los últimos cuatro equipos, algo que no sucede desde el último Mundial disputado en 1978 en tierras sudamericanas, cuando el anfitrión Argentina ganó el título y Brasil salió tercero.

La cuota de dianas es alta en Brasil, con 2,75 tantos por partido tras 56 encuentros, el mayor nivel desde 1982 (con 2,81 goles). El porcentaje de goles bajó en los octavos de final por lo que no se pudo llegar a la cifra de 2,97 goles por partido alcanzada en México 1970.

Después de la temprana eliminación de las ex campeonas del mundo Italia e Inglaterra y de España, defensora del título, ya se especulaba con la posibilidad de que algún tapado pudiese ganar el Mundial. Pero en el momento preciso, volvieron los tradicionales. Se contaba de antemano con la presencia de Brasil, Alemania, Argentina, Francia, Colombia y Holanda en los cuartos de final, aunque Bélgica entró también como una de las favoritas. Costa Rica es la única de las ocho selecciones que no figuraba en ninguna lista.

Desde el año 2002 no se contaban con tan pocos ex campeones en cuartos de final, sólo cuatro: Brasil, Argentina, Alemania y Francia. Y sólo cinco de las ocho cabezas de serie todavía están en competición.

En la antesala a Brasil 2014, se habló mucho sobre el clima, las condiciones físicas y el rendimiento. Tras la fase de grupos y los octavos quedó claro que tiene más posibilidades de ganar una selección que tenga una condición física excepcional y que sobre todo pueda rendir más en el momento crucial. A medida que los equipos avanzan en el Mundial, las condiciones físicas se vuelven más importantes. Siete de los ocho partidos de octavos de final se definieron en los últimos diez minutos, en la prórroga o en los penaltis. Sólo Colombia accedió a los cuartos de final tras derrotar Uruguay antes del minuto 80.

Lionel Messi, Arjen Robben, Karim Benzema, Neymar y Thomas Müller están entre los grandes nombres del torneo. Las superestrellas dejan su huella en este Mundial, a diferencia de 2006 y 2010. Pero hay uno en especial que está eclipsando al resto: James Rodríguez. Desconocido antes del torneo por parte de la familia del fútbol, el colombiano se convirtió hasta el momento en goleador del torneo con cinco tantos. Mañana deberá enfrentarse al brasileño Neymar, que al igual que el delantero colombiano tiene 22 años.

La idea de que sólo los once titulares llevan adelante el Mundial rara vez quedó tan obsoleta como en Brasil. Nunca antes el banquillo de suplentes ha sido tan importante: 28 goles fueron anotados por reemplazantes, un récord en un Mundial de fútbol. Cinco de esos tantos le otorgaron la victoria al equipo y dos de ellos un empate. Los suplentes de Holanda, con un total de cuatro goles efectuados, y Bélgica, que logró tres de sus cuatro triunfos a través de jugadores venidos del banco, fueron los más exitosos.

En muchos casos se convirtieron en los héroes de los partidos. El alemán Manuel Neuer fue calificado como nuevo "líbero", mientras que Keylor Navas fue tratado como un héroe nacional en Costa Rica. El argelino Rais Mbolhi desesperó a Alemania en los octavos de final y el nigeriano Vincent Enyeama aguantó casi hasta el final los embates de Francia. Por su parte, el portero estadounidense Tim Howard detuvo 16 tiros a Bélgica, un récord en una Copa del Mundo desde 1966.

Figuran entre los más criticados en el Mundial. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, ya advirtió que los colegiados necesitan ayuda. En Brasil cometieron una serie de errores graves y las imágenes de vídeo podrían quitarle presión a la hora de dirigir. El juego es cada vez más rápido y las herramientas técnicas podrían facilitar las decisiones, tal como ya lo hace el Detector Automático de Goles (DAG) o el ridiculizado primero y ahora bienvenido aerosol para los tiros libres.

Pese a todo, algunos arbitrajes recibieron calificaciones muy altas, como en el caso del alemán Felix Brych en el Uruguay-Costa Rica o el del inglés Howard Webb en el partido de Brasil ante Chile.

Tras los temores ante las protestas sociales, Brasil 2014 fue hasta el momento una fiesta. Millones de personas celebraron pacíficamente en las calles mientras que 2.911.381 aficionados llenaban los estadios en la fase de grupos. El mundo percibe lo que significa el fútbol en Sudamérica: emoción, devoción y sufrimiento. Ya se puede prever lo que sucederá si el 13 de julio, en el estadio Macaraná en Río de Janeiro, la verdeamarelha se lleva el título del Mundial 2014 en su propia casa.