España certificó su clasificación para la segunda fase del Europeo de Dinamarca, tras imponerse por un ajustado 25-27 a Noruega, en un encuentro en el que a punto estuvo de pagar con la derrota su mala segunda parte.

Advertía en la previa del encuentro el seleccionador nacional, Manolo Cadenas, la posibilidad de que el choque con los nórdicos quedase reducido a un duelo entre sus temibles lanzadores y la sólida defensa que España acostumbra a plantear. Sin embargo, la primera parte del choque se convirtió casi en un cara a cara entre los dos porteros, Ole Erevik, que acabó los primeros 30 minutos con 13 paradas, y el onubense José Manuel Sierra, que sumó 15 con un 65% de eficacia.

Efectividad, que como era previsible, no coartó a los lanzadores noruegos, que pese a estrellarse una y otra vez con el de Moguer siguieron disparando y disparando, con cada vez mayor porcentaje de error. Esta circunstancia facilitó las rápidas transiciones españolas, que en carrera sí que era capaz de batir a Erevik. Así, los de Cadenas se dispararon con un esperanzador 4-8. Pero el cuadro español no estaba igual de sólido en defensa que en su estreno ante Hungría y los problemas no tardaron en trasladarse al ataque. Con todo, pero le iban las cosas a la vanguardia noruega, circunstancia que permitió, pese a España, todos sus problemas, marcharse al descanso con una renta de cuatros tantos (8-12).

La mejoría no llegó ni con la presencia en la primera línea de Joan Cañellas, el puesto de lateral, y Raúl Entrerríos, en el de central, la combinación con la que los Hispanos jugaron sus mejores minutos durante la fase de preparación. Este hecho permitió a Noruega, de la mano de otro más de sus múltiples cañoneros, el lateral derecho Kent Tonnesen, igualar la contienda (15-15) a los diez minutos de la reanudación.

Todo eran problemas para la selección nacional, en la que ya ni Sierra, que fue sustituido por Gonzalo Pérez de Vargas, era capaz de atajar un balón, todo lo contrario que Erevik, que siguió con su exhibición. Sus paradas permitieron recobrar la confianza a su equipo y, lo peor para España, el acierto a jugadores como Espen Lie Hansen, que con sus tantos puso a los nórdicos con una máxima renta de dos goles (18-16) al llegar al ecuador del segundo tiempo.

Una desventaja que se mantuvo hasta el 21-19, pero que la actual campeona del mundo logró enjugar a base de casta, ya que juego, propiamente dicho, nunca mostró, con acciones individuales de Víctor Tomás y Maqueda, que forzó cuatro penaltis consecutivos que no desaprovechó Cañellas para poner de nuevo en ventaja (22-23) al conjunto español, a siete minutos para la conclusión.

En este tiempo, la defensa, que subió enteros, y la infalibilidad de Cañellas desde el punto de penalti permitieron a España sumar un triunfo 25-27 que concede la clasificación para la segunda fase, pero que deja muchas dudas sobre la auténtica versión de la selección en este campeonato, si la sólida mostrada ante Hungría o la errática de ayer.