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Hundimiento en el tercer cuarto

  • Los de Pablo Pin realizan unos pobres porcentajes de tiro y no pueden con el ritmo del Melilla

Guille Rubio intenta ganar la posición en la zona melillense ante la presencia de Jonathan Gilling.

Guille Rubio intenta ganar la posición en la zona melillense ante la presencia de Jonathan Gilling. / ÁLEX CÁMARA

El Coviran no pudo vencer a uno de los gallitos de la categoría y, aunque peleó con uñas y dientes y mantuvo la ilusión hasta el descanso, llegando incluso a ir por delante en el luminoso durante algunos minutos en el segundo cuarto. En el tercero, los de Alejandro Alcoba pusieron la directa y finiquitaron el partido con un parcial de 24-8 que noqueó a los de Pablo Pin.

El partido comenzó como se preveía, con un Melilla que buscaba transiciones rápidas. De hecho, los dos primeros puntos fueron para el conjunto local de la mano de Juan Rubio. Pronto puso la réplica el conjunto granadino con una buena acción interior de Olmos.

Un parcial de 16-2 tras la reanudación destrozó las intenciones del conjunto nazarí

El partido entró en una fase de idas y venidas, con fallos en ambos conjuntos a la hora de encarar el aro y con intercambio de puntos: Marín anotaba por parte andaluza mientras por Melilla lo hacían Balaban y Urtasun en dos tiros libres (8-4). Dos puntos más de Marín recortaban diferencias (8-6), pero Melilla, con siete puntos consecutivos, forzó el primer tiempo muerto del equipo granadino (16-6, 7'). A la vuelta, un robo de balón de Pérez que culminó él mismo, otra canasta de Corts y y un tiro libre, permitían a los visitantes maquillar el luminoso (16-11).

El segundo cuarto comenzó con iniciativa visitante. Los primeros ocho puntos fueron del Covirán, que le dieron la vuelta al electrónico gracias a su acierto exterior (16-19 a 8'43'' del descanso). Los de Alcoba apretaron los dientes (24-25). Pero en los últimos minutos apareció De Cobos para mantener al Covirán por delante (24-28), ventaja que redondeó Olmos con un tiro libre (24-29). El Melilla estaba atascado, pero en los últimos instantes del primer tiempo se mostraron más intentos y acertados para irse al vestuario con ventaja gracias a un triple de Urtasun: 33-31.

En la reanudación, el cuadro melillense marcó la diferencia y, tras una antideportiva señalada a Bortolussi firmó, un parcial de 8-0 que obligó a Pin a parar el partido. El tiempo muerto no sirvió para nada porque el Covirán siguió sin poder parar el juego ofensivo rival y, además, perdió muchos balones en ataque. Un nuevo arreón local se tradujo en un parcial de 10-0 que elevó la renta hasta los 16 puntos (49-33). La ventaja se fue a los 18 a falta de los últimos diez minutos: 57-39.

El partido estaba visto para sentencia. Tanto que el Melilla se relajó, lo que hizo que el Covirán recortara diferencias poco antes de que los norteafricanos volviesen a meter la directa, reforzasen su defensa y cortasen el conato de reacción visitante.

Los últimos minutos del encuentro fueron de toma y daca, una igualdad y un intercambio de canastas que solo beneficiaba al equipo que iba por delante en el luminoso, y que ya no vio nunca peligrar su triunfo.

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