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Ikurriñas y chicharreros en el Salón

  • El eje adyacente al Paseo de la Bomba acoge un año más un final de etapa de la Ruta del Sol

No queda muy claro, porque ni los propios granadinos se aclaran, si la llegada de la 64ª Edición de la Vuelta a Andalucía tuvo lugar en el Paseo de la Bomba o en el del Salón. El punto de referencia para distinguirlos suele ser el quiosco Las Titas, pero realmente los límites, como si de una zona de conflicto se tratara, no están bien definidos. Qué más da. El caso es que para los cientos de aficionados al mundo del pedal congregados en la línea de meta, la 'bomba' fue recibir por segundo año consecutivo a los corredores con la misma hospitalidad con la que los mejores anfitriones acogen a sus invitados en el 'salón' de su mansión.

Y es que el ciclismo reúne multitudes, desata pasiones y deja escenas siempre llamativas. Siempre hubo clases, y en el pelotón eso también se nota. No hay más que echar un vistazo a la hilera de autocares oficiales que presidían el céntrico eje para percatarse de ello. Porque no se puede comparar la caravana -y no es una forma de hablar, nótese la ausencia de entrecomillado- oficial de, por ejemplo, el Fundación Euskadi, con el carro de combate -esto sí que es una licencia- del británico Sky. Por cierto, hablando de Euskadi y del Sky: el equipo del Reino Unido distingue entre España y País Vasco. O, al menos, en su autocar. Por eso, en la aleta del vehículo de marras aparece la ikurriña flanqueando el nombre de Beñat Intxausti. Junto a los de David López, David De La Cruz y Jonathan Castroviejo sí que aparece la bandera del país de la piel de toro. Cosas de la geopolítica.

El tamaño de los buses oficiales evidencia las diferencias de clases también entre equipos

La Union Jack sí que da la bienvenida a Chris Froome en la chapa oscura del vehículo oficial de su equipo. Oscura como la sombra de la sospecha instalada en torno a la figura del jefe de filas del Sky Cycling Team. Luchará el de Nairobi por revalidar el título que ya consiguió en el año 2015. Lo va a tener más fácil que el año pasado. Ni Alberto Contador, ni Alejandro Valverde toman parte en la presente edición de la ronda andaluza. El murciano se subió a los más alto del podio de la general en las dos últimas pruebas; hito que antes ya logró en 2012, 2013 y 2014. El de Pinto, ya retirado, lo rozó con la yema de los dedos el año pasado y también en 2015.

Sin ninguna de esas bestias rodando por las carreteras andaluzas, la gran amenaza para Froome tiene nombre vasco y un apellido muy español. Mikel Landa no sólo es el gran favorito para darle un susto al keniano con nacionalidad británica, sino también el favorito de la afición granadina. Así por lo menos lo aseguraban algunos de los espectadores apontocados en las vallas de la línea de meta. Como Eduardo Padrón, quien no dudó en señalar al alavés como la gran esperanza patria en la Rutal del Sol. Siendo Eduardo tinerfeño y del CD Tenerife, que se conforme con que el 'Tete' no tenga que visitar la temporada que viene la Ciudad Deportiva del Granada. "Es más probable que Landa suba al podio", replicó risueño.

Claro que si se mantiene en Segunda seguro que podrá discutir sobre la hegemonía del fútbol canario en la próxima Vuelta a Andalucía con su compañero de fatigas, que pese a no identificarse acertó a corregir a este redactor cuando se le preguntó si también era chicharrero: "No, yo soy de Las Palmas". Pues nada, majo, a centrarse también en el ciclismo porque este año otra cosa... Volvamos a Eduardo Padrón, que con ese gracejo tan particular de las islas afortunadas se atrevió a ponerle un calificativo a la atmósfera que se respiraba en la línea de meta. "Hay un ambiente fantástico", aclaró. Sobre la posibilidad de que Froome acabe reinando el próximo día 18 en Barbate, este aficionado recurrió a la capacidad de su equipo para sobreponerse a las circunstancias.

Unos metros más hacia adelante, Alberto Salas -un iconoclasta de la bicicleta en una familia históricamente ligada al fútbol- confió en que la presente edición de la Ruta del Sol sirva para que "explote ya Landa". "Es hora de que le compita a Froome y creo que también es una buena oportunidad de que los españoles trabajen bien". Del británico aguardaba un desliz en los tiempos que le haga perder comba en una primera etapa de "mucho sube y baja"; aunque reconocía que "ha habido años mejores". Mejor habría sido para Jose y Estefanía no tener que trabajar hoy. Así podrían estar presentes en la salida de la segunda etapa en Otura ataviados con sus maillots y a lomos de su 'máquina', como los más mitómanos del cicloturismo llaman a sus bicicletas.

Se desconoce si Mario Vílchez -corredor sub 23 del Sport-Bike Extremadura- se asomará por la villa metropolitana hoy junto a su colega Álvaro Pérez. Lo que sí está por descontado es que seguirán el desarrollo de la Ruta Ciclista del Sol con la misma pasión con la que ayer animaban esperando en la recta final junto con el resto de su cuadrilla de Quesada: localidad jienense enclavada en plena Sierra de Cazorla de la que son naturales. La etapa inicial se iba a decidir al sprint, y para Pérez al sprint el danés Michael Valgren Andersen tenía muchas papeletas. Pues ni él ni Sacha Modolo. El italiano cruzó la línea de meta brazos en alto y todos los objetivos se dirigieron hacia él. Pero en realidad la gloria era para el francés Thomas Boudat, el primero en escuchar la voz de Paco Anguita, que a esas alturas ya había cogido el relevo de Juan Mari Guajardo.

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