Alejandro Valverde se adjudicó la 34 edición de la Clásica San Sebastián de forma brillante, con un ataque en el último alto. Con este nuevo triunfo añadido a su palmarés, el corredor del equipo Movistar se convierte en el líder del UCI WorldTour.

La carrera, disputada bajo un intenso calor y marcada por la ausencia de lluvia, a diferencia de lo acontecido en anteriores ediciones, arrancó nerviosa, con varios grupos intentando la escapada y la consiguiente neutralización de la misma por parte de un pelotón muy controlador.

Uno de esos intentos cristalizaría durante muchos kilómetros, cuando Amets Txurruka saltó en el tramo inicial de la prueba. Durante varias horas rodó en solitario, en una escapada consentida por el grueso de los equipos que controlaban la prueba.

El abandono de Peter Sagan y Philippe Gilbert, dos de los favoritos para adjudicarse el prestigioso certamen puntuable para el UCI WolrdTour, puso nerviosos a los ciclistas que anhelaban la victoria, al considerarla factible tras quedar eliminada una parte importante de la competencia.

Txurruka siguió a lo suyo, jaleado por los miles de espectadores que se dieron cita en las cunetas del trazado. Pero en el alto de Jaizkibel, una de las principales dificultades montañosas, el grupo dijo basta y absorbió al español.

Valverde, con la facilidad de pedal adquirida tras su reciente participación en el Tour de Francia, se veía con posibilidades de brillar en una carrera que ya se adjudicó en 2008, y de paso llevarse los suficientes puntos para arrebatar a Alberto Contador el liderazgo del UCI WorldTour.

Después de algunos intentos a la desesperada en el alto de Arkale, a falta de 30 kilómetros para que se cruzase la línea de meta, el Movistar pasó a controlar la prueba, dominio contestado por Andriy Grivko, que se situó 40 segundos por delante en los últimos 20 kilómetros, comprometiendo de esa forma el trabajo en favor de Valverde.

Neutralizado a tiempo Grivko, se mostraron todas las cartas en la novedosa subida a Igeldo, en una cuesta denominada Borkako Tontorra, corta pero con porcentajes de inclinación cercanos al 20 por ciento que, con las castigadas piernas de los ciclistas tras pedalear durante más de 200 kilómetros, era pura dinamita.

Atacó Alexander Kolobnev en el inicio del alto de segunda. Fue a su caza Mikel Nieve para hacer de puente con Valverde, pero se vio tan fuerte que dejó la marca de su compañero y se convirtió en cabeza de carrera durante algunos minutos.

Joaquím Purito Rodríguez y Valverde, los dos favoritos al triunfo, ya no esperaron más. El murciano lanzó su ataque a siete kilómetros y puso la Clásica en ebullición con una selección de las mejores piernas de la carrera para reducir el grupo a cinco hombres, que serían cuatro tras la caída en la bajada de Yates.

Valverde, sin embargo, parecía que iba en moto en comparación con el resto de sus compañeros. El líder del Movistar, con una marcha más, rompió el grupillo y, sin mirar atrás, se plantó solo con un rodaje espectacular en el Boulevard donostiarra para adjudicarse otro triunfo de prestigio en su extenso palmarés.