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Isco, el garante del estilo

  • El malagueño, apenado por la destitución de Lopetegui, no quiere ser el "sucesor" de nadie y confía en Hierro como nuevo capitán del barco

Isco, el garante del estilo

Isco, el garante del estilo

Escuchar a Isco es comprobar que se trata de un futbolista ya seguro de pertenecer a la élite del fútbol después de años inciertos. Él, más que nadie, es el garante del estilo español, lo que se bautizó como "tiki-taka" y que hoy se mantiene absolutamente vigente.

"El estilo de España es innegociable, es lo que mejor sabemos hacer y es lo que nos ha hecho ganar tanto en los años atrás. No creo que sea conveniente cambiar algo que te va bien", razonó ayer el centrocampista del Real Madrid en Krasnodar, donde España tiene su "cuartel general" en el Mundial de Rusia.

A sus 26 años, Isco alcanzó una madurez no sobrevenida. Le llevó tiempo abrazar el estatus actual de indiscutible, después de temporadas entrando y saliendo de la titularidad en su club. Pero en la selección, desde que llegó Julen Lopetegui, ha sido un fijo. Como ahora con Fernando Hierro.

Isco confiesa que "al final sí que pasó algo", en relación con el despido del anterior seleccionador, ocurrido el miércoles. Fue uno de los futbolistas más afectados por la noticia y despidió a Lopetegui con un profundo abrazo cuando el entrenador abandonó la concentración de Krasnodar.

"Es un entrenador que conozco hace muchísimos años. He coincidido con él en las categorías inferiores y cuando no era titular en mi equipo él me ha dado toda su confianza. Aparte de eso es un grandísimo entrenador", razonó en un mensaje valiente cuando la corriente mayoritaria ahora es la de golpear a Julen Lopetegui.

Isco debutó en el Mundial con un sensacional partido ante Portugal, en el que demostró que está capacitado para liderar el fútbol del equipo. Si algunos vieron en él la sucesión natural de Xavi Hernández, ahora es el momento de esperar a que así suceda, por más que sus características sean personales.

Por ejemplo, posee una relación estimable con el gol, como señalan sus 10 tantos en 29 partidos con la selección. Pero odia que le pretendan comparar con nadie. "No estoy aquí para suceder a nadie, sólo intento hacer bien mi trabajo y dar lo mejor de mí", afirma a dos días de medirse a Irán e Kazán.

Lo que es innegable es que Isco dejó de ser un simple virtuoso de la pelota para pasar a una nueva dimensión en la selección española. Su paso adelante cabe datarlo el 3 de septiembre del pasado año, cuando protagonizó la victoria 3-0 del equipo nacional ante Italia en la fase de clasificación para el Mundial. Marcó dos goles y fue el gran faro que guió a España.

La selección española se quitó una preocupación de encima porque sabe que con Isco seguirá jugando a tener la pelota. También, según parece, con Hierro, quien apuesta por una línea continuista.

"Sabe lo que hace", afirma sobre el nuevo seleccionador. "No ha habido muchos cambios porque sabe que lo que tenemos lo estamos haciendo bien", añade.

Es cierto que será el último torneo de selecciones para Iniesta, pero España respira tranquila sabiendo que todavía le quedan años de fútbol con Isco, un centrocampista apegado a la tradición de jugador pequeño, talentoso y guardián del balón. Un garante del estilo contemporaneo.

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