Italia elogió ayer al jugador ghanés Kevin-Prince Boateng y al Milan por su respuesta a los gritos racistas que provocaron el jueves que los jugadores del club italiano abandonaran el campo poco después de empezar un partido amistoso contra el equipo amateur del Pro Patria. "¡Por fin!", dijo el seleccionador de Italia, Cesare Prandelli, quien de alguna manera habló en nombre de jugadores, funcionarios de clubes y asociaciones e hinchas.

"Todos somos Boateng", tituló este viernes La Gazzetta dello Sport tras la "histórica" reacción del jugador en el estadio de Busto Arsizio por la "vergüenza racista". Milan ha dado al fútbol "una gran lección", sentencia Il Corriere dello Sport.

Boateng, quien calificó el hecho de "infame", agradeció el apoyo a través de Twitter: "Gracias por el apoyo y la comprensión, que significa mucho!"

La Policía italiana explicó que los responsables pudieron ser identificados gracias a la ayuda de grabaciones de vídeo. Los alborotadores podrían ser procesados y sancionados con cinco años sin entrar a un estadio de fútbol.