El japonés Kosuke Kitajima pudo de nuevo con su gran rival en las pruebas de braza, el estadounidense Brendan Hansen, que tenía el récord del mundo y ganó la medalla de oro en los Mundiales de Melbourne 2007, para ello necesitó quitarle también la mejor marca mundial con un tiempo de 58.91.

Si en Atenas ganó la medalla de plata, en Pekín Hansen se ha quedado incluso sin la de bronce pues sólo pudo ser cuarto tras el noruego Dale Oen, que en las semifinales había batido el récord olímpico por segunda vez consecutiva en estos Juegos con 59.16.

Oen fue medalla de plata después de que en los últimos 50 metros el nipón le adelantara con rabia para ser el primer nadador en bajar de 59.00 en los 100 braza. El francés Hugues Dubosq, con 59.37, fue tercero.

En los 400 libre femeninos se produjo una llegada parecida a la de los 100 braza y al del relevo 4x100 en el que los Estados Unidos quitarían el oro a Francia en la última brazada.

La nadadora de Zimbabue Kirsty Coventry batió el récord del mundo de los 100 metros espalda en las semifinales y se clasificó por delante de la campeona olímpica, la estadounidense Natalie Coughlin.

Coventry hizo 58.77 para rebajar la de Coughlin, que estaba en 58.97 desde el pasado mes de julio en las pruebas de selección de los Estados Unidos. El tercer puesto para la final lo logró la japonesa Reiko Nakamura, con 59.64.

La británica Rebecca Adlington se impuso a la estadounidense Katie Hoff por siete centésimas, mientras que la francesa Laure Manaudou, campeona olímpica y mundial sucumbió y fue octava y última con 4:11.26.

Adlington paró el crono en 4:03.22 por 4:09.29 de Hoff y 4:03.52 de la británica Joanne Jackson, medallista de bronce, por delante de la estadounidense Coralie Balmy, cuarta con 4:03.60, y la italiana Federica Pellegrini, quinta con 4:04.56.

La australiana Lisbeth Trickett se proclamó campeona olímpica de los 100 mariposa al superar a Christine Magnunson y a su compatriota Jessicah Schipper con 56.73 por 57.10 y 57.25 respectivamente.