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La 25ª Liga también llega con récord

  • El Barcelona logra el campeonato invicto en las 34 jornadas disputadas

  • El título viene marcado por el adiós de Andrés Iniesta

  • Ha sido un equipo azulgrana con más seguridad atrás y liderado otra vez por Messi

Los jugadores del Deportivo le hacen el 'pasillito' a los del Barcelona, con Messi al frente, tras proclamarse campeones de la Copa del Rey.

Los jugadores del Deportivo le hacen el 'pasillito' a los del Barcelona, con Messi al frente, tras proclamarse campeones de la Copa del Rey. / lavandeira jr / efe

El nuevo título liguero del FC Barcelona redondea un decenio de lujo para la entidad catalana, que firma así su séptima Liga en diez años y ésta, además, llega con el récord de haberla conseguido sin perder ni un solo partido. El récord, no obstante, es aún más amplio, ya que a los 34 partidos sin perder en esta Liga se añaden los siete del último tramo final del año pasado. El que ya es el 25 título de Liga también se escribirá en la historia del club catalán como en el que Andrés Iniesta dijo adiós a la entidad azulgrana tras 22 años vestidos de blaugrana.

Después de algunos años en los que el capitán azulgrana empezaba a notar el peso de los cientos de partidos en sus botas, el nuevo entrenador barcelonista, Ernesto Valverde, ha sabido sacar lo mejor del manchego, haciéndole completar una Liga excepcional, no exenta de alguna lesión, pero no tan acusadas como en campeonatos anteriores.

41 jornadas invicto:  las 34 de esta temporada se añaden las siete con las que acabó la pasada

Esta también ha sido la Liga de Ernesto Valverde, la primera que alcanza en la Liga. Además, firma en su estreno como preparador de los barcelonistas un doblete, poniéndose casi a la altura de los estrenos de sus predecesores, Josep Guardiola, que entró en el banquillo con un triplete (Liga, Copa y Champions), misma hazaña que alcanzó Luis Enrique hace tres temporadas en su debut.

No obstante, el curso de Valverde llevará la mancha negra de la Liga de Campeones. En el barcelonismo, igual que se va celebrar el doblete por todo lo alto, también se carga con la penitencia de haber caído un año más en los cuartos de final de la Liga de Campeones ante la Roma. La respuesta a aquel varapalo fue levantar la Copa del Rey un sábado, contra el Sevilla, y celebrar la Liga en el campo del Deportivo, a la semana siguiente.

El Barcelona afrontó la Liga este año con dos acontecimientos que hacía prever lo peor: la marcha de Neymar Jr al París Saint-Germain y el doble revés recibido en la Supercopa de España contra el Real Madrid. Aquellos dos partidos frente a los blancos, tras el doblete del Madrid (Liga y Champions), dibujaron un aterrador panorama para el Barça. No obstante, para la segunda jornada los azulgrana ya que habían encaramado a la primera posición, que no soltarían más aunque durante algunas jornadas la fueron compartiendo con otros rivales.

El gran cambio que se produjo en el nuevo Barça fue que el equipo planteó los partidos con más seguridad atrás, lo que impidió que se produjesen menos descontroles en el centro del campo, como se veía en el Barça de Luis Enrique, y que precisamente el eje del equipo cobró más protagonismo, sobre todo porque el tridente se intentó refundar con el francés Ousmane Dembele, pero éste acabó lesionado de larga duración en la cuarta jornada, en el campo del Getafe.

Ante este panorama, Valverde ha tenido un equipo titular casi calcado al que le dejó Luis Enrique, que al final ha ido de más a menos, y en el que la presencia de La Masia ha vuelto a ser testimonial. Al final, el Barcelona ha vuelto a ser, principalmente, el equipo que ha sido Messi, el santo y seña de un grupo al que sigue dado nivel, goles y título.

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