El marbellí Luis Ángel Maté (Cofidis), de 33 años, es el David Copperfield del ciclismo español. Habitual en las escapadas de cada carrera en la que participa, aguarda su momento para salir de la guarida y optar a una de esas victoria con la que sueña desde que debutó como profesional en 2008.

La jugada del escapista es como una lotería en la que se juega un boleto contra 200. Maté, El lince de Marbella, no ceja en su empeño de buscar la escapada buena para convertirse en uno de esos héroes generalmente anónimos que en la mayoría de los casos emprenden un viaje a ninguna parte. "Cuando un corredor se escapa el objetivo es tratar de ganar. A partir de ahí cada uno explota sus cualidades para defender sus intereses. Un velocista trata de llegar al sprint final; un corredor de fondo ataca de lejos; el escalador espera el puerto..., pero todos los que se escapan tratan de ganar", comenta.

Maté explica qué pasa por la cabeza de un ciclista cuando sabe que tiene por delante 200 kilómetros y que va a ser perseguido por un hambriento pelotón que casi nunca da su brazo a torcer. "Se piensa que es difícil llegar, porque el pelotón está cargado de intereses, pero todo depende de las circunstancias del terreno, de con quién vayas.... A veces se filtra una escapada para quitar trabajo al equipo del líder o castigar a otro conjunto al que le toca perseguir. Los intereses son variados", explica.

Muchas fugas tienen una razón publicitaria, pues para algunos equipos, sobre todo los que acuden como invitados a las carreras, es la única forma que tienen de que conste su presencia. "Nosotros no entramos en la escapada sólo para chupar cámara, al menos en este Tour, ya que luchamos por buscar etapas para Nacer Bouhanni, pero otras formaciones sí, algo que es normal porque el Tour es un gran escaparate, con muchas horas de transmisión y es lógico que aprovechen para mostrar su maillot al mundo", afirma.

Maté es uno de los ciclistas que se toman la profesión como una oportunidad de disfrutar de su afición. La sonrisa siempre acompaña al andaluz. "Hay que tratar de disfrutar porque somos unos privilegiados. Estamos en la mejor carrera del mundo y tenemos que degustar cada momento como si fuera el último", señala.

Sobre sus opciones en este Tour, Maté apunta a "alguna etapa de montaña sin final en alto". Quizá la de hoy. Para ello tendrá que tirar de las habilidades ilusionistas de David Copperfield. Que salga o no el truco dependerá de muchas cosas. Una ilusión contra muchas voluntades.