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Marsá: "No quiero participar en nada con xenófobos"

  • Se siente "desterrado de Los Cármenes" y compara el acoso al '74' con el País Vasco

Carlos Marsá, como ya indicó ayer este diario, no estará hoy en Los Cármenes. El dirigente remitió ayer una extensa nota con la intención de explicar sus razones. Marsá dice sentirse "desterrado" de Los Cármenes y asegura no querer "participar en nada con xenófobos" ni "con quienes nos persiguen, amenazan y agreden".

El presidente del '74' lamenta que "quien debiera garantizar mi seguridad no lo hace. Se encierra a nuestro equipo en un autocar, mientras que los 150 violentos perfectamente identificados campan a sus anchas", comparándolo con la situación "en el País Vasco", donde, afirma, "PP y PSOE tienen que esconderse". Marsá denuncia que "me han desterrado de los Cármenes, propiedad pública, sin que nadie de los que debieran hayan hecho nada por evitarlo", lo que le lleva a señalar que "no quiero estar con quienes tanto han contribuido a descendernos de Segunda A y ahora tienen como único objetivo descendernos de Segunda B. No quiero participar en nada con xenófobos, que a un equipo de granadinos de verdad, para insultarlos se les llama murcianos. En fin, -resume- con quienes nos persiguen, amenazan, agreden porque no admiten la competencia ni la libertad de elección".

La opinión del dirigente deportivo va más allá del partido de esta tarde. Cree Marsá que "el desastre de gestión en el Granada CF ha agotado el deporte de Granada y el fútbol en general" y que "decisiones manipuladoras de la iniciativa ciudadana en la búsqueda de réditos políticos o económicos han destrozado, y quizá hundido, por mucho tiempo al fútbol de Granada". En su repaso por los acontecimientos de los últimos años, Marsá sostiene que "se ordenó comprar a empresarios de Granada el Guadix CF, para después dejarlos en la estacada; se persiguió y se persigue al Granada 74 por comprar el Ciudad de Murcia, y se le desterró de los Cármenes a Motril y a Pinos; se apoyaron, se colocaron y se expulsaron alternativamente a los Ruiz, Benito, Gori, Sanz, en el Granada CF, convenientemente "engrasados" con mucho dinero público, que los ciudadanos no saben donde ha acabado".

A su juicio, el panorama es "desolador. La solución por lo visto es descender al Granada 74 y anular la competencia del equipo oficial. Craso error. La solución no es paralizar la vida de Granada y del fútbol granadino. Si alguien no es del Granada CF no es un enemigo a exterminar, es un rival a respetar. Los que están empeñados en decir que el Granada CF y el Granada 74 son enemigos, son radicales que enturbian el fútbol de Granada". Y a éstos se dirige: "Señores radicales : no solo hay blanco y negro, hay muchos grises. Históricamente, la sangre de los injustamente perseguidos perpetúa la fractura".

Marsá concluye con una mano tendida: "Después de una guerra civil en una España dividida en dos, después de una dictadura de 40 años, Adolfo Suárez sentó a Fraga y Carrillo y, sin excluir a ninguna tendencia, firmaron un gran acuerdo: La Constitución, (...) lo que ha producido el periodo de paz y prosperidad más grande en la historia de España. Cuando los que mandan en Granada hagan esto posible, yo volveré a ir a los Cármenes".

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