Había que ganar y se ganó. No es que el Club Baloncesto Granada jugara para tirar cohetes, pero sumó un triunfo muy importante. El conjunto que entrena Trifón Poch estaba obligado a no fallar ante un rival directo como es el Xacobeo para no meterse de todo en problemas, una vez que en las jornadas precedentes había sido incapaz de algo positivo ante el penúltimo y antepenúltimo de la Liga -Bilbao y Alicante-. Además, los granadinos necesitaban sumar su primera victoria de la segunda vuelta con la que empezar a asentar una permanencia que se antoja complicada debido a la gran igualdad que hay en la zona meridional de la clasificación.

Aunque el CB Granada fue por delante en el marcador durante todo el partido, a ciencia cierta que se empeñó en no darse facilidades. Tras un comienzo avasallador, en el segundo cuarto tiró por la borda una ventaja de 17 puntos. Y cuando a falta de cuatro minutos para el final parecía que estaba resuelto, los locales optaron por dar emoción hasta el último minuto.

El CB Granada contó para este partido con Pablo Aguilar, que volvió tras dos encuentros y cuya aportación fue una de las claves para que el triunfo no volara del Palacio de Deportes. Por el contrario, en las filas norteñas no estaba por enfermedad Kostas Vasileiadis, su principal artillero. El técnico granadino Curro Segura lo echó mucho de menos en un partido en el que ambos conjuntos se jugaban mucho más que la victoria.

El primer ataque del CB Granada no hizo presagiar lo que iba a ser el primer cuarto. Tras casi agotar la primera posesión, el conjunto local comenzó con dominio en el rebote, lo que le permitió imponer un ritmo alto en su ataque, cuya efectividad suele ser directamente proporcional a la velocidad de sus balances. Ingles apareció en escena con fuerza y el cuadro local endosó un 7-0 de salida. Esta ventaja se incrementó poco a poco durante los diez primeros minutos de la contienda.

Poch, que había apostado de salida por jugar con sus dos hombres más altos -Hendrix y Gutiérrez-, tuvo que cambiar rápidamente sus esquemas, pues el pívot argentino tardo sólo dos minutos en ver otras tantas personales. Aguilar dejó por fin de lado el esguince que le ha impedido jugar durante las últimas semanas y volvió con ganas. El primer acto fue realmente cómodo para los granadinos y así lo reflejó el marcador a su final: 27-15.

El inicio del siguiente periodo fue un espejismo. El dominio del cuadro anfitrión llegó a traducirse en una ventaja de 17 puntos de ventaja (36-19, a 7'27'' para el descanso). En ese momento se produjo un preocupante punto de inflexión. Curro Segura metió el dedo en la debilidad del juego interior del CB Granada y decretó una defensa en zona que produjo un auténtico cortocircuito en las ideas ofensivas de los locales.

Mientras los gallegos empezaron a imponer su juego con una buena defensa y un sólido y equilibrado ataque, los jugadores del CB Granada, incapaces de meter un balón en la pintura, se encomendaron a 'santriple'. Y como el santo varón no estaba para milagros, poco a poco la ventaja adquirida se fue diluyendo como un azucarillo en agua hirviendo. Para meter a su rival en el encuentro, el cuadro granadino recibió un parcial de 2-13 (38-32, a 4'03'' para el intermedio). Aunque Hendrix y Stefansson taponaron momentáneamente la sangría, un triple de Djedovic colocó a los de Curro Segura sólo tres abajo. En la última jugada, Hendrix dejó el marcador en 45-40 ante de disputarse los definitivos últimos 20 minutos.

En la reanudación Jackson puso a su equipo totalmente a rebufo de los granadinos con seis puntos consecutivos (47-46, 23'). Pero el sorpasso no se produjo. Parecía que el destino del Xacobeo era culminar su remontada, pero en ese momento el cuadro local apretó las tuercas en el trabajo de retaguardia, lo que provocó que el conjunto gallego perdiera importantes balones sin ni siquiera lazar a canasta. Un parcial de 10-2 (57-48) esparció un poco de tranquilidad por todo el Palacio. No tardó el CB Granada en instalarse en los diez puntos de ventaja. Segura volvió a probar suerte con la zona que tanto fruto le dio en el cuarto anterior, y su equipo se puso a cinco puntos (61-56). Ingles, dinamitó las intenciones visitantes con dos triples consecutivos justo antes de la conclusión del tercer cuarto, con lo que los Poch afrontaron el último asalto con una renta de once puntos: 67-56.

Pero tocaba sufrir. Dos triples firmados por Stanic y Bulfoni nada más empezar, volvieron a poner una dosis de intranquilidad. Cuando Gutiérrez colocó la ventaja en 13 puntos al anotar un triple (75-62, a 7'20'' para el final) parecía que ya estaba todo hecho. Más aún cuando los siguientes tres minutos se utilizaron para intercambiar canastas. Aguilar machacó el aro rival para situar la ventaja en 15 puntos a falta de 3'37''. Pero tampoco estaba todo dicho. El Xacobeo se encomendó a los triples y, a falta de poco más de un minuto, se puso a seis de los granadinos (89-83). A continuación, Hunter falló un tiro libre, pero reaccionó con un robo de balón y un posterior mate que, ya sí, sentenció el choque.

Había que ganar y se ganó. Ésta es la mejor sensación.