Aunque estarán a muchos metros de distancia y no es de esperar que se vean cara a cara en el césped del Estadio Olímpico de Roma, Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, los dos mejores futbolistas del mundo y símbolos del juego antagónico de Manchester United y Barcelona, protagonizarán este miércoles el gran duelo individual de la final de la Liga de Campeones.

Ambos se esfuerzan en decir que el fútbol es un juego colectivo, pero buena parte de las aspiraciones de ambos equipos pasan por sus botas. "No sólo es Messi. No es justo hablar de uno solo. Si juego solo no voy a ganar", replica Ronaldo. "Tanto él como yo pensamos que lo más importante es que gane el equipo", musita Messi, como queriendo pasar desapercibido.

Ronaldo, Balón de Oro y mejor jugador del año en 2008 según FIFA, se mide a su gran desafiante. El portugués ya fue campeón del máximo cetro europeo el año pasado en la final en Moscú, en la que anotó el tanto de su equipo pero en la que también erró un penal que al final no fue trascendente.

Pese al título, lloró y lloró, no fue el protagonista, no se recordará como su final, sino por la del penalti errado por el resbalón de John Terry y la actuación del arquero del United, el holandés Edwin van der Sar. Demasiado poco para el ego de Ronaldo, de 24 años.

En el otro lado, Messi, de 22, que busca su primer gran título, su primera gran exhibición a los ojos de todo el mundo, pendiente del gran choque en Roma. Quien le sigue en España y Argentina ya lo conoce, y quiere descubrirse ante el escaparate del planeta.

"Es el partido de mi vida", dice el argentino, que quiere completar una temporada perfecta con los tres títulos con el Barcelona -Copa, Liga y Liga de Campeones- además del oro olímpico con Argentina en Pekín.

Ausente por lesión en la final de la Champions de 2006 ante el Arsenal, Messi no ha marcado aún a un equipo inglés. Fue maniatado por el Chelsea en semifinales y el francés Patrice Evra tratará de anularle de nuevo.

"Nunca juega mal, estos partidos son los suyos, le encantan", dice sobre el argentino su técnico, Josep Guardiola, que ha sabido sacarle el máximo jugo y que está convencido de que en una final como la de mañana el delantero brillará.

Los dos hacen grandes a sus equipos y sus equipos les hacen grandes a ellos. Cuesta creer que Messi brillara tanto con el sistema físico y vertiginoso de Alex Ferguson, y que Ronaldo despuntará con el continuo toque del Barcelona de Josep Guardiola, que rehúye el choque, que prefiere el fútbol mental al corporal. El estilo dispar de sus escuadras los define y ellos definen el estilo.

Ronaldo es potencia, altura, golpeo duro, velocidad, explosividad, fuerza y técnica. Su fútbol es contundente, sincero, abierto. Su cuerpo, del que presume, lo dicta todo.

El luso es gel en el pelo, pendientes, narcisismo y exhibición de sus músculos esculpidos al anotar un gol. Es feliz al talonar antes de un libre directo. Se sabe observado y disfruta. Y marca. Le gusta gustar, especialmente al Real Madrid. Su seguridad le hace ser el futbolista que es.

"Siempre creí que era el mejor y todavía lo creo. Hay que tener esa confianza siempre", dijo el portugués al Sunday Mirror.

Messi es engaño, sutileza, velocidad, cambio de ritmo. Su fútbol cuenta con muchos más matices, ingenio agudizado por no ser el más alto ni el más fuerte entre los 22. Es desborde y gambeta, asistencia al compañero, el juego como diversión. Messi habla bajo y camina con la cabeza agachada, una timidez que le aleja del bullicio y de la comparación continua con Diego Maradona. Para él sólo existe la pelota. Lo demás le sobra.

"Nos merecemos el título por el fútbol realizado", asegura más coral el argentino.

Uno y otro, precisamente por su alejada personalidad, atraen por igual.

El argentino lleva 37 goles en lo que va de temporada. El portugués anotó 42 la pasada y pese a la lesión del principio de la actual campaña, ha vuelto a ser el máximo realizador del United y fue vital en el pase a la final de Roma con sus tantos ante Porto y Arsenal.

"El que gane va a quedar como el mejor equipo y eso ayuda a lograr títulos individuales", dice Messi, y asiente Ronaldo.

Ave Messi, Ave Cristiano. Los que van a disfrutar los saludan.