El ánimo de revancha por liquidar de la carrera copera al Betis estará presente esta noche en Los Cármenes, aunque sólo debe habitar en la grada y no sobre el césped, ya que todo lo que sea una sobreexcitación ante un rival del nivel de los béticos puede resultar letal. El Granada CF necesita ganarle a los verdiblancos no por el hecho de ser los que nos metieron cuatro en el primer partido de la Liga, sino para recargarse de autoconfianza, poder mirar al futuro inmediato con más optimismo y acostumbrarse a eso tan difícil que es competir y vencer, pese a que tu rival te supere en presupuesto y presunta calidad. Además, tras dos primeras jornadas ligueras desalentadoras por el resultado obtenido, el público que esta noche volverá a acudir en masa a Los Cármenes necesita que su equipo se deje el alma en pos de un triunfo de prestigio y que, además, garantizaría para los rojiblancos un rival de Primera División en la siguiente ronda. Con todo lo que eso conlleva.

Eso de que la Copa no le interesa al Betis es una milonga difícilmente creíble. Sólo hay que preguntarle a un futbolista si prefiere jugar el miércoles un partido de competición oficial o dedicarse a realizar un entrenamiento más. Pocos serán los que digan que eligen la segunda opción. Para un entrenador, lejos de suponer un problema que puede distraer del verdadero objetivo de su equipo, un choque así le ofrece un escenario ideal para mil cosas: probar cambios, ofrecer confianza a jugadores que la necesiten, dotar de más ritmo competitivo a otros que también lo requieran... Así que aquel que piense que los béticos vendrán esta noche a entregar la cuchara sin pelearla en demasía, que se vaya olvidando.

El único fastidio que se puede derivar de un partido de Copa es que algún futbolista se lesione, como le ocurrió al Betis con su goleador Jorge Molina, en el choque en el que eliminaron al Salamanca. Y quién le dice a Molina que no podía haberse lesionado en un entrenamiento. O en el pasillo de su casa.

Fabri ha probado en este arranque liguero con dos sistemas, diferenciados básicamente en la posición de uno de los mediocampistas. En los dos partidos ligueros, la apuesta ha sido por un solo mediocentro -Bergantiños- y una pareja por delante, con el resultado de dos derrotas tras tener por completo perdido el control de la medular. En Copa, en Albacete, Fabri situó a Kitoko al lado de Bergantiños y el equipo sí llevó la iniciativa, al igual que ocurrió en la segunda parte ante el Valladolid. Además, la aparición de Mikel Rico en ese partido demostró que con él como escudero de Bergantiños, gracias a su gran capacidad física y su calidad técnica, el equipo funciona mejor. Ese fue el planteamiento en el ensayo de ayer y el dibujo que presentará hoy el equipo.

La gran ausencia será la de Orellana, prácticamente descartado para jugar por culpa de unas molestias de rodilla. Tampoco estará Kitoko, mientras que Dani Benítez sí parece que estará listo, aunque será duda hasta hoy mismo. La salida del chileno le abre las puertas a Collantes, quien busca a base de implicación un sitio en el once. Se supone, además, que Fabri seguirá dando minutos a Calvo, quien ha demostrado tener un gran potencial, pero no estar todavía al cien por cien. De no apostar por el madrileño, optarán al puesto de enganche Óscar Pérez, Granada, Muriel y hasta el propio Mikel Rico, capaz de jugar en distintas posiciones. Se espera que el ariete siga siendo Geijo, bigoleador en el anterior duelo copero, y que al lateral zurdo regrese Rubén.

En el Betis parece que no será titular la pesadilla granadinista del primer partido, Salva Sevilla. Beñat se ha ganado un sitio en el once y además se espera la aparición de otros canteranos, con especial relevancia la del granadino Ezequiel, que intentará junto a Caffa llevar peligro por las bandas. Además, se certificará el debut del central Roversio, quien muy posiblemente esté acompañado por Fran No. Arriba, habrá que tener atención al camerunés Emaná, un futbolista de otra categoría.