Lo que cuenta al final de cada temporada es, evidentemente, el número de victorias y derrotas que ha acumulado un equipo en los meses de competición, así como que el saldo implique la consecución de un objetivo. Es por esto que lo más importante de lo que ocurrió el pasado domingo en Manresa es que el Club Baloncesto Granada echó a su zurrón particular un triunfo más. Es decir, ha dado otro paso hacia el propósito que se ha marcado la entidad a principio de la presente temporada que, de momento y al igual que en las precedentes, no es otro que sellar la permanencia, primero, y avanzar unos cuantos milímetros en la tabla clasificatoria cuando se baje el telón a la temporada regular, después.

Ésta es la cuarta temporada consecutiva del CB Granada milita en la máxima categoría del baloncesto nacional y la realidad es que cada año se ha subido un escalóný o medio. De momento, falta ese paso decidido y firme que implique un compromiso mayor que no sea el cómodo de lograr la permanencia un año más para volver a vender lo mismo. Y no crean que está tan lejos. Aunque ahora quizá un poco más que hace un mes largo. Basta imaginarse el lugar que ocuparía el equipo si hubiera sacado fruto en sus visitas a Fuenlabrada y, sobre todo, a Mahón.

l ATREVIMIENTO

Un mensaje que no estaría de más que se diera desde el seno club es el de que el equipo va a intentar luchar por meterse en la Copa del Rey que se va a celebrar el próximo mes de febrero en Vitoria, una ciudad que me gusta y en la que, no lo voy a negar, me encantaría pasar unos días con mi equipo. En otras palabras, lo que digo es que se pase de decir simplemente "ven al Palacio para disfrutar del baloncesto con tu equipo" a proclamar: "Ven al Palacio para empujar a tu equipo a la Copa". Al final se puede conseguir o no la hazaña -nunca voy a ocultar que la empresa es muy, bastante, complicada, pero por lo menos los aficionados verían que en el en el CB Granada se apuesta con valentía por una meta que es, insisto, muy difícil, pero no inalcanzable.

l ¿QUÉ PASA?

Dejando de lado la importante victoria lograda ante el Ricoh, es necesario subrayar que los jugadores del CB Granada han mostrado una laguna en sus últimos encuentros. En más de uno les ha costado una derrota y en otros partidos, caso de los dos últimos, se ha dado una innecesaria vidilla al contrincante. Y es que parece que se desenchufa en los últimos instantes. Ante el Gran Canaria se vio un amago en el Palacio y frente al Manresa casi cuesta un disgusto mayúsculo cuando sólo faltaba poner la guinda al encuentro. Los partidos duran 40 minutos y, hasta que no se pone el electrónico todo a cero, hay que mantener la tensión e intentar ver las cosas claras, tanto en la cancha como en el banquillo. No se puede dilapidar una ventaja de doce puntos de forma absurda ante un equipo que jugaba muy desarmado sin dos de sus pilares fundamentales. En esos momentos sobra, tal como se vio en el Nou Congost, la precipitación, el creerse ganador antes de tiempo, el no saber qué hacer con el balón en las manos y el intentar resolver el menos indicadoý Y faltan órdenes más claras.

l HISTORIA

Lo cortés no quita lo valiente y la realidad indica que el CB Granada ya es centenario en la ACB. Además, su victoria número cien en la élite se consiguió en la cancha del Manresa, en la que nunca había ganado un equipo granadino. Se rompió el maleficio y, a partir de ahora, el club seguirá sumando instalado en las tres cifras. Pero lo dicho, se puede mirar al frente y hacia arriba, es decir, a la Copa. Hay que intentarlo.