Natación

Mireia Belmonte logra su segunda medalla de plata

  • La nadadora española, la más laureada de la historia, termina segunda en la final de 800 metros libres.

La nadadora española Mireia Belmonte ganó en los 800 metros libres la segunda medalla olímpica de su carrera deportiva, otra plata que se añade a la de los 200 mariposa del pasado miércoles, en Londres 2012. La española paró el crono en 8:18.76 por 8:14.63 de la estadounidense Katie Ledecky, y 8:20.32 de la campeona olímpica en Pekín, la británica Rebecca Adlington, favorita por la calle cuarto. Belmonte batió el récord nacional en cuatro segundos. Ella misma tenía el récord de España en 8:22.78 desde diciembre de 2011 en Eindhoven (Holanda) Ledecky, que nació el 17 de marzo de 1997, batió además el récord de América.

La española, nacida en Badalona (Barcelona) hace 21 años, nadó de menos a más, primero entre la quinta y la cuarta plaza tras la danesa Lotte Friis y la neozelandesa Lauren Boyle, que iba en la calle cinco y era su referencia visual, pues Mireia iba por la seis. Belmonte comenzó a atacar a la nórdica un poco después de la mitad de la prueba, mientras la estadounidense se destacaba respecto a la neozelandesa y a la británica. Ledecky lideró la final desde los primeros 150 hasta el último metro.

En el paso por el 650, la española ya era tercera a costa de Friis y de Boyle, y en el siguiente 50 daba cuenta de Adlington, que tiene el récord del mundo en 8:14.10 desde los Juegos de Pekín 2008. Ese cincuenta fue el más rápido de la de Badalona con 31.00, sin tener en cuenta el primero. Mireia no cedió, incluso amplió su ventaja respecto a la local entre el 700 y 750, aunque ésta le recortaría en el último. Adlington hizo 31.36 por 31.32 de Ledecky y 31.51 de Belmonte en el último largo. Tras ellas tocó Boyle, cuarta con 8:22.72, Friis, quinta con 8:23.86 y la húngara Kapas Boglarka, sexta con 8:23.89. La venezolana Adreina Pinto fue última, con 8:29.28, por detrás de la francesa Coralie Balmy, con 8:29.26.

Belmonte: "Nunca hay que ponerse límites"

Mireia Belmonte ha asegurado que "nunca hay que ponerse límite" y ha admitido que no es consciente de lo que ha conseguido. "Esperemos que esto sólo sea el principio y que el año que viene en Barcelona, en mi casa -donde se disputará el Mundial- pueda hacer un buen papel", ha dicho la badalonesa. Belmonte no cree que haya que ponerse nunca límites y que el secreto se basa en "disfrutar de lo que haces", en "trabajar duro y lo demás vendrá". Su próximo reto es el oro, pero inmediatamente sólo quiere irse de vacaciones recién iniciadas. "Tengo que disfrutar bien disfrutadas estas dos medallas", ha comentado. Espera Belmonte que estas dos medallas tengan continuidad y que la delegación española "se puedan seguir mis pasos" y conseguir más medallas, porque "queda mucha gente por competir".

Llegó a la cita con los periodistas con las piernas temblonas. "No sé ni cómo me siento, no sé expresarlo", ha dicho la nadadora, quien se ha visto "bien" durante la prueba, en la que marcó un tiempo de 8:18.76 y rebajó en cuatro segundos el récord de España. "La táctica era ir con reserva en los primeros 400 para después para después ir fuerte. Tenía que aguantar con ellas, pero que no me sacaran más de medio cuerpo, porque después me costaría recuperar", ha explicado.

Cuando con el paso de los metros ha visto cómo iba superando a la danesa Lotte Friis y finalmente a la ídolo local, la inglesa Rebecca Adlington, que fue tercera, Belmonte no acababa de saber lo que estaba pasando. "O yo me encontraba muy bien o ellas muy mal", ha dicho. Ha explicado que intentó atacar la primera plaza de la estadounidense Katie Ledecky, pero no fue posible porque "ya estaba muy lejos". En los últimos cien metros, Belmonte ha dicho que no notaba las piernas. "Tenía muchas ganas de vomitar, ganas de acabara todo, no podía más", ha confesado.

La española ha explicado que la noche anterior no pudo dormir y que estuvo tres horas mirando el techo de su habitación. "Ha sido un día difícil por el estrés. He nadado muy confiada, porque la medalla de plata de hace dos días me ha ayudado mucho a la hora de nadar. No tenía ninguna duda", ha dicho. Belmonte planea celebrar al máximo sus dos medallas, que la convierten en la nadadora española más laureada de la historia olímpica. "Ahora toca celebrarlo y disfrutar un poco de Londres, porque hasta ahora no he salido de la Villa Olímpica y mis trayectos eran de la habitación al autobús y del autobús a la piscina", ha explicado.

Ha dicho que se siente "superrara", que le sale "la risa", pero no puede reír. "No me lo creo, no estoy acostumbrada a esto", ha insistido Belmonte, que ha vuelto a hablar y a llorar cuando le han puesto por teléfono a su madre, quien está dispuesta a saltar en paracaídas para celebrar los éxitos, como prometió antes de llegar a Londres. "Me costó mucho empezar a competir, pero cada día he ido a más. Intento hacerlo mejor cada vez que salto al agua. ¿Si soy consciente de que soy la mejor nadadora de la española? Ahora no soy consciente de nada", ha insistido.

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