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Mismos disparos, distinta efectividad

  • Los rojiblancos, incluidos los dos penaltis, lanzan tres veces entre palos por siete los madrileños

Habitualmente, al Granada CF le cuesta mucho tener continuidad en sus jugadas sobre todo cuando su faro en ataque, el francés Brahimi, es objeto de una marca férrea. Si a eso se le une que Luis García tenía muy claro lo que tenía que hacer su equipo cuando el cuadro rojiblanco tenía el balón, se explica que el número de faltas cometidas a lo largo de los 90 minutos sea relativamente alto (18 del Getafe). Numerosas interrupciones de juego, sobre todo en el primer tiempo, que impidieron dominar el ritmo del partido si es que en algún momento el objetivo de los de Anquela era mover el cuero de banda a banda. Hasta que la entrada de Recio y Jaime Romero cambió la dinámica del choque y se tuvo mucho más la pelota que el rival.

Pero si algo dejaron claro los guarismos del encuentro es que hay que mejorar la faceta defensiva. Que un equipo como el Getafe anote dos tantos con apenas tres llegadas al área en el primer acto dice mucho de los problemas que está teniendo en las últimas jornadas el cuadro granadino, sobre todo a balón parado. Las ocasiones que creó el equipo azulón en la segunda mitad fue más fruto del riesgo de los visitantes. Aún así, de los nueve disparos que realizó, siete fueron entre los tres palos por tres los de Anquela con el mismo número de intentos a la portería de Moyá.

A nivel numérico, en un encuentro con dos partes muy diferenciadas, hay dos datos sorprendentes. Por un lado, Roberto se tuvo que emplear con relativa intensidad en nueve ocasiones por tan sólo dos de Moyá, y aún así se pudo lograr al menos un punto. El segundo hace referencia a la cantidad de saques de esquina que ejecutó el Granada CF, ninguno de ellos aprovechado pero que deja a las claras que al menos se quiso buscar el empate.

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