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Motril por leyenda en el pecho

  • El Granada 74 lució una serigrafía en la camiseta con el nombre de la ciudad que les acoge · Al inicio hubo división de opiniones, pero con el paso de los minutos la afición apoyó con decisión al Granada 74

Motril vivió una intensa jornada de fútbol. Desde por la mañana temprano la comidilla en toda la ciudad fue, como no podía ser de otra forma, el encuentro de Copa y la visita al Escribano Castilla del Atlético de Madrid. La duda inicial para muchos era decidir el equipo al que apoyar, al del Manzanares o al Granada 74. Con el paso del día y, más tarde, de los 90 minutos del encuentro, la gran mayoría de los espectadores lo tuvieron claro: "del '74', que 'pa' eso es de Motril".

Los aficionados se acercaron al campo de fútbol motrileño tres horas antes de comenzar el choque de Copa del Rey. Muchos aprovecharon para comprar las típicas banderas y bufandas con los colores de uno y otro conjunto (se vendió una conmemorativa del encuentro). Otros tantearon a los reventas que, a eso de las 18.30 horas, pedían hasta 200 euros por una entrada de general. Vamos, las 'más' baratas.

Las gradas del Escribano Castilla inicialmente tuvieron un ambiente relajado. Los seguidores que las poblaron mostraron división de opiniones a la hora de decantarse por animar a uno y otro conjunto. De primeras pareció tener más apoyo el Granada 74, pero conforme avanzaron los minutos y, sobre todo, cuando Forlán marcó justo antes de llegarse al descanso, se dejó ver que el Atlético contaba con el ánimo de muchos de los espectadores.

Y si las gradas se dejaron ver llenas por primera vez en la temporada, el palco estuvo petado, tanto que se habilitó una buena parte de la tribuna principal del estadio para contentar a los denominados 'vip'. Los primeros en llegar a la citada zona fueron, curiosamente, los representantes del grupo municipal del Partido Socialista en el Ayuntamiento de Granada, José María Rueda y Juan López Domech. No se vio como era de esperar, pese a estar invitados, a ediles de la acera derecha de la capital. Sí estuvo, pues no podía faltar más, el alcalde de Motril, el popular Carlos Rojas. La alegría para él debió ser doble, ya que un espectáculo de primer nivel futbolístico recalaba en su ciudad y porque el equipo de casa -sí, el de casa-, el Granada 74, lucía a la altura del pecho de sus camisetas una serigrafía con el nombre de 'Motril'.

Nada más iniciarse el segundo tiempo, no se había cumplido el minuto dos, Mista pilló a todos por sorpresa: a la defens a del '74', a los periodistas, que ya empezaban a escribir las crónicas, y a los habitantes del palco. Los últimos no habían regresado del refrigerio, más o menos 'pantagruélico', del que disfrutaron. Fue el 0-2, todo un jarro y de agua fría para los jugadores del equipo local, y para los 'vip', en la medida del hielo que hubiera en sus vasos.

Y puestos a medir, el Granada 74 fue ganando adeptos conforme avanzó el cronómetro. Fue patente con el golazo por toda la escuadra de Luque, quien fuera jugador del Atlético en la temporada que la escuadra madrileña descendió a Segunda. Los aficionados, en mayoría, corearon el tanto y, a partir de ahí, se volcaron en apoyar a los de Antonio Tapia.

Con el avanzar del encuentro, el árbitro, el valenciano Lizondo Cortés se convirtió en objeto de las iras de los espectadores. Y es que se comportó un tanto rojiblanco. ¿Como Juan Casas?

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