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Del Parador a Almendralejo

Alcorcón, Elche, El Parador de las Hortichuelas, Oviedo, Guadalajara. Todas estas son las picas, las conquistas del Granada Club de Fútbol en su historia más reciente. Como algún guionista de Hollywood escribió alguna vez, "algo bueno debimos hacer en otra vida para merecer esto". Una flipada esto del ascenso del Granada B al tercer escalón del fútbol nacional. ¿A quién se lo iban a decir hace apenas un año, cuando el equipo abandonaba la Primera Andaluza en el campo del AD Parador? En algo más de 365 días, el equipo ha pasado de ascender en un campo de albero, vacío, con casi más periodistas que espectadores, y sin boato alguno, a meterse en Segunda B en un campo de Primera División, aunque modesto eso sí, y ante casi 8.000 espectadores. ¿Objetivo permanencia? Hoy ya se puede decir, "sí, claro".

Capítulo aparte merece el viaje. A estas alturas del año y con la canícula que cae, atravesar los páramos de la Tierra de los Barros atrae bien poco. Que se lo digan, entre otros, a los periodistas, habilitados en una plataforma férrea y bien cubiertos de cerca por la chapa de la cubierta. Este campo bien podría llamarse el Francisco 'del Horno', porque no vean. Los aficionados también sufrieron de lo lindo para pillar una sombra. No era para menos. Eso sí, los más radicales del Extremadura trabajaron contra otro elemento: el viento. Eolo hizo acto de presencia para hacer volar los papeles que formaron el mosaico. Pudieron arreglarlo, porque si no se hubiera leído un "Tod... or ....tí" en vez del "Todo por tí" que rezó al final.

El ambiente se notaba, aunque por la calle se veía a poca gente horas antes del partido. Cosas de la temperatura. Se oían cánticos por todas partes, pero procedentes de bares aledaños y pubs cercanos. Escondidos como largartijas huyendo de los casi 40 asfixiantes grados.

Que Almendralejo es tierra de fútbol se nota. Es bonito ver a un pueblo, con su heroica historia en Primera División (sí, cuando llegas al estadio y ves la ciudad, se nota más la proeza que lograron en los noventa). De hecho, el recuerdo de aquel conjunto ya desaparecido sigue muy presente. En algunas vallas publicitarias aún se puede leer CF Extremadura, la vieja denominación (la actual es UD), y cuando se accede al estadio un escudo de madera con la misma inscripción preside la llegada de la 'gente importante'. Es más, dando una vuelta por la ciudad abundan las camisetas azulgrana recuerdo de la Liga de las Estrellas, y aún se pueden adquirir bufandas, mecheros y otros artículos en stock. El precio, 5 euros dos piezas distintas.

Al final de todo tendrán que esperar para ondearse. Porque el Granada B asaltó Almendralejo. Otra plaza más conquistada por la bandera de las rojiblancas horizontales, que empiezan a campear España como la bandera de los Lannister. "Siempre pagamos nuestras deudas", dicen los de la serie. El fútbol se las está pagando al equipo. ¡Y de qué forma!

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