balompédica linense | Granada B

Partido extraño y muchos goles

  • El filial salva un punto en el tramo final de un encuentro que perdía por 3-1 a los 24 minutos

La Balompédica Linense y Granada B firmaron tablas en un encuentro raro, con muchos goles, pocas ocasiones y un tiempo para cada equipo. Claro está que es un marcador que sabe a triunfo para los visitantes y a decepción para los de casa, que ganaban al descanso por dos goles de diferencia y habían mostrado una importante superioridad ante un rival que espabiló con los cambios cuando ya tenía poco que perder.

Los locales salieron más enchufados ante un Granada B que pecó de demasiado conservador, acumulando jugadores en defensa y dejando solo arriba a Casi, que peleó los balones en largo que sus compañeros le enviaban con un fútbol muy directo, impropio de un filial. A los dos minutos los de Cobos ya tuvieron su primera gran ocasión con una buena jugada por banda de Zamorano que acabó con un centro medido a la cabeza de Stoichkov, quien con todo a favor cabeceó desviado.

El delantero sanroqueño se sacó la espina poco después tras una jugada de fe de los locales, que cuando parecía que perdían el balón en línea de fondo se rehicieron para sacar petróleo con un pase atrás del argentino que esta vez sí remachó a placer al fondo de la red.

La Balona se gustaba y dominaba por completo, con posesiones largas y buscando los costados de un rival que seguía agazapado. Con espacios y jugando entre líneas, Stoichkov fue una pesadilla para los centrales granadinos, que en el 16' vieron como con un gesto técnico de enorme calidad se zafó de sus dos marcadores para avanzar y trazar un pase que dejó a Wilson Cuero solo ante Aaaron, al que batió con sangre fría.

La distancia hizo bajar un poco el ritmo a los de Cobos, que en la siguiente jugada concedieron un saque de esquina del que nació el primer gol rojiblanco. Fue una acción embarullada dentro del área que nadie acertó a despejar antes de que Pablo Vázquez remachara al fondo de la red dentro del área pequeña.

A raíz del tanto, el Granada B asumió el mando y tuvo muy buenos minutos, con posesiones más largas y sensación de peligro, pero la Balompédica dio nuevamente muestras de su pegada desde las jugadas de estrategia. En un saque de esquina botado en corto Sana remató en el segundo palo para hacer el tercero.

Tras el descanso el decorado cambió por completo. El técnico del Granada B quitó el corsé a su equipo para dibujar un esquema más ofensivo con la entrada de David Grande y Jean Carlos para jugar con dos puntas y dar más criterio al movimiento del esférico en la medular.

En el 47', Casi se encontró con un remate a bocajarro que mandó por encima del larguero y en el 58' estuvo de nuevo a punto de remachar una buena jugada de equipo en el área pequeña, pero una aparición providencial de Carri para cortar le dejó con la miel en los labios.

Los minutos pasaban para asentar el dominio visitante y dejar patente un alarmante cansancio de los futbolistas albinegros, que sin duda acusaron el esfuerzo de la primera parte y sufrieron la fortaleza física del Granada B. Incomprensiblemente, Julio Cobos no movía el banquillo pese a la sensación de agotamiento que transmitían varios componentes de su equipo, que ya no llegaban a la presión y facilitaban el juego de toque visitante. En una de ésas nació el segundo tanto nazarí. Fue en un centro desde la izquierda que nadie taponó, lo que permitió a Jean Carlos tocar con comodidad para poner un centro medido a la entrada de David Grande, que remachó con la testa al fondo de la red más solo que la una. El Municipal enmudeció porque se temía lo peor. El partido volvía a estar muy abierto y la Balona sufría lo indecible para mantener la posesión ante el empuje casi incansable del Granada B.

No obstante, a la contra Zamorano Juampe tuvieron un par de llegadas que no culminaron. En el 76', el colegiado perdonó la segunda amarilla a Jean Carlos por una entrada a destiempo sobre Olmo. El público estalló por la decisión, que le vino de perillas al filial para continuar con su plan y dar el golpe.

Con la Balona agotada, el Granada B metió una marcha más al partido. O varias, si se tiene en cuenta que la jugada del tercer gol nació en una carrera de 40 metros de Adri, que se marchó de todos los rivales que le salieron al paso sin convicción, ni siquiera para hacer una falta táctica que les habría salvado de la quema. Tras salir de la aglomeración, todo fue mucho más fácil para el extremo granadino, que abrió con inteligencia a la derecha para habilitar la entrada de Pablo González, quien cruzó ante la salida desesperada de Javi Montoya.

Los minutos finales se convirtieron en un quiero y no puedo de los jugadores balonos con la grada aún temblando ante la posibilidad de que llegara el cuarto del rival, que al final no culminó la remontada y se conformó con un empate sobre el que seguir construyendo.

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