"Granada va en picado y la última jornada descansa. A este paso lo va a hacer en paz". Así de claro, clarito se expresaba el periodista Nacho Duque en la edición del pasado domingo de Marca, en la sección conocida como Tiros Libres. Por lo visto no son sólo los periodistas 'tocanarices' de Granada los que ven un tanto negro el panorama del equipo que dirige y entrena Trifón Poch. El Club Baloncesto Granada está en una dinámica muy peligrosa, tanto que parece ir a la deriva y pendiente de que olas ajenas le lleven o no a la costa de la salvación. En otras palabras, hoy por hoy, da la impresión de que depende más de lo que no hagan sus rivales más directos (sobre todo ViveMenorca y CB Murcia) que del esfuerzo propio.

l POBRE IMAGEN

La derrota ante el Barcelona entraba dentro de la lógica. Más aún después de las cosechadas de forma consecutiva ante Joventut, Murcia, Pamesa, Gran Canaria, CAI Zaragoza y Fuenlabrada. Y siempre yendo a peor.

l POR DENTRO

No son pocas las circunstancias que rodean al equipo que hacen pensar que de puertas para dentro no todo es paz y prosperidad. Empezando por lo último, parece ser que el retraso en algunos pagos no ha sentado nada bien. Luego, la imagen que dan los jugadores y el técnico entre sí es de que no hay comunicación fluida, agradable y sincera. A la conclusión del choque ante los barcelonistas un aficionado comentaba que se había fijado que en el banquillo nadie habla con nadie. Y en la pista, casi nadie juega con nadie. Dicho en román paladino, cada uno fue a su bola. Así lo explicó magistralmente Juan José Fernández en su crónica. El baloncesto es un juego de equipo y, visto lo visto, hay que preguntarse: ¿hay equipo? Además, el técnico no cuenta con todos, pues una semana sí y otra también se producen soberanos banquetazos. O se vuelve a jugar en plan mosquetero del rey francés (ya saben eso del uno para todos y todos para uno) o cada jornada será un pasito más hacia la última palabra del titular.

l HUNTER

¿Qué pasa con el estadounidense? Durante el partido el público, con sus pitos, prácticamente obligó a Trifón Poch a sentar a su protegido. La afición estalló al ver al alero botar, botar, botar y veinte veces botar el balón sin pasarlo. Y claro, después de lo ocurrido ante el CAI...

l ¿QUÉ SE VA A HACER?

Cuatro partidos, cuatro. Esto es lo que le queda al CB Granada para poner el finiquito a una temporada de decepciones que, esperemos, se quede en eso y no en lamentaciones mayúsculas. Hay que dar un paso al frente. Desde la directiva y responsables deportivos hay que analizar si hay que reforzar el equipo y, si es así, hacerlo. Poch no lo tiene fácil, pues debe recuperar el mando en el vestuario y, sobre todo, el respeto de sus jugadores. Y éstos, a demostrar que son profesionales.