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Plácida goleada para empezar

  • La selección española inicia su andadura continental con una cómoda victoria frente a la República Checa

  • Gurbindo protagonizó una gran segunda mitad que acabó sentenciando

La selección española inició su andadura en el Europeo con una plácida goleada sobre la República Checa en un encuentro que duró lo que España tardó en dotar de ritmo a su ofensiva.

Sabedor de que la clave para superar a la defensa checa pasaba por mover constantemente de lado a lado a los fornidos centroeuropeos, el conjunto español se recreó en un sinfín de cruces y desdoblamientos en ataque.

Fue un perfecto trabajo táctico que, sin embargo, se vio lastrado por la falta de velocidad de España, que por momentos pareció jugar a cámara lenta. Parsimonia que acabó por afectar la efectividad de los habitualmente infalibles extremos españoles, que se estrelló en tres ocasiones con el meta checo Tomas Mrkva.

Tal circunstancia impidió el despegue de España, que en defensa no tuvo ningún problema en contener la ofensiva checa, empeñada sin éxito en buscar al pivote Petrovsky. Fallos y más fallos que facilitaron la labor de los españoles, quienes, superado el ecuador del primer tiempo, tan sólo había encajado cuatro tantos (7-4).

Pero, pese a su notable superioridad sobre la pista, a España le faltaba dar el golpe definitivo, un hecho que no ocurrió hasta los 17 minutos. Aprovechando dos exclusiones del equipo checo, los de Jordi Ribera comenzaron a marcar distancias (9-5).

La ventaja fue creciendo más y más a medida que el equipo español aumentaba la velocidad de su ataque gracias a la entrada a la pista del central Dani Sarmiento. Bajo su dirección, el equipo español siguió insistiendo en sus múltiples cruces y cambios de posición, pero ejecutadas a una velocidad que desenmascaró las carencias checas.

El contundente 16-9 con el que los hispanos llegaron al descanso fue una renta que dejaba encarrilada la victoria de una España que sólo parecía tener que preocuparse por los tiros del lateral derecho Stanislav Kasparek.

El joven lateral, que cerró el primer tiempo con cinco tantos, fue el único checo capaz de incordiar la defensa española, pero Kasparek, quien vio como Rodrigo Corrales le detuvo su primer lanzamiento, también desapareció en la segunda mitad.

Al contrario que Eduardo Gurbindo, que acaparó todos los focos en el comienzo del segundo tiempo. El jugador navarro del Nantes volvió a demostrar el excelente estado de forma con el que ha llegado a este Campeonato de Europa. Dos espectaculares penetraciones suyas que acabaron en penalti y dos goles casi consecutivos acabaron por sentenciar, si no lo estaba ya desde el principio, la victoria de España, que a 20 minutos para la conclusión contaba con una renta de 10 goles (22-12).

Una diferencia que no dejó de crecer hasta alcanzar los 17 tantos(32-15) con los que se llegó al final, gracias a la sobresaliente actuación de un Rodrigo Corrales que con sus paradas acabó por hundir al conjunto checo.

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