Harto de las continuas lesiones musculares de Gareth Bale, el Real Madrid apostó por la máxima precaución con el futbolista galés y el ahorro de esfuerzos para evitar una nueva recaída.

Bale adquirió en España una fama de "jugador de cristal" y el 17 de enero sufrió su sexta lesión en el sóleo en los dos años y medio que lleva en el Real Madrid. Aunque en principio se habló de tres semanas de baja, la recuperación no fue bien y no reapareció hasta el sábado, cuando entró a los 65 minutos del partido jugado ante el Celta de Vigo, que incluyó un buen gol del galés.

Bale ya fue titular el martes ante la Roma y fue sustituido a la hora de partido después de ofrecer una gran actuación, en especial cuando ocupó la banda izquierda, y ayer no se entrenó con sus compañeros. Dentro del nuevo plan, el delantero galés se quedó en el gimnasio realizando ejercicios específicos para desterrar el menor riesgo de lesión.

No parece ser un mal plan, vistos los antecedentes del jugador y los enormes problemas de lesiones que está teniendo todo el plantel del Real Madrid esta temporada, lo que ha provocado una catarata de críticas hacia los servicios médicos del club.

Bale parece inquieto con sus continuas lesiones y esta semana la prensa informó de un "truco" del galés: se hace agujeros en las medias. Unos dicen que es por superstición y otros aseguran que así liberan presión en sus frágiles sóleos.

En cualquier caso, las continuas lesiones de Bale y de sus compañeros del Real Madrid son un asunto que ya ha traspasado fronteras y Raymond Verheijen, ayudante del ex seleccionador de Gales Gary Speed, afirmó esta semana que el futbolista "está jugando a la ruleta rusa" en el club blanco.

"¿Quiere arriesgar con las lesiones cada temporada o buscar un club más profesional y más saludable en este apartado?", se preguntó Verheijen en declaraciones para BBC.

El Real Madrid jugará el domingo ante Las Palmas un nuevo partido de la Liga, un torneo ya "secundario" para los blancos, pues están a 12 puntos del Barcelona, todo un abismo.

Dado que el técnico francés Zinedine Zidane reconoció ya que "la Liga está perdida", los máximos esfuerzos del equipo se centran en la Liga de Campeones después de acceder a los cuartos de final.

Y para mantener viva la esperanza de salvar la temporada, una de las preocupaciones es tener sano el plantel, algo que no consiguió en toda la temporada. En este sentido, el frágil Bale cobra una importancia especial para esta recta final.