El accitano Paquillo Fernández, subcampeón en Atenas 2004 y triple mundial, ejecutó un test perfecto camino de los Juegos de Pekín 2008 al imponerse en el Gran Premio de Marcha de Moratalaz con un tiempo de 38:28, un minuto y medio de ventaja sobre otro ilustre, el ruso Ilya Markov.

Dispuesto a someterse a la primera prueba fuerte de la temporada tras su retirada en México por problemas estomacales, Paquillo salió a tope desde el primer kilómetro marchando a un ritmo constante en torno a 3:53 que al principio sólo pudo seguir Markov, también subcampeón olímpico en Atlanta y su compañero de entrenamientos bajo la tutela del ex campeón polaco Robert Korzeniowski.

Ya en el segundo kilómetro la marcha del granadino resultó demasiado rápida para el ruso, que se emparejó con el murciano Juan Manuel Molina.

"Mi objetivo era bajar de 39 minutos, buscar sensaciones, sobre todo aguantar ritmos constantes, entre 3:50 y 3:55. Ha sido una prueba dura por la altitud de Madrid, el calor y el circuito que está ligeramente en cuesta", afirmó el subcampeón olímpico y mundial.

Paquillo consideró que había hecho el primer 5.000 "más rápido de la cuenta", pero resumió que había sido "un test bueno" porque este año todavía no había terminado ninguna prueba.

"Ahora voy a la Copa del Mundo (Cheboksary, Rusia, el 10 y 11 de mayo) sabiendo que soy capaz de ir a 3:55, lo que me asegura luchar por los puestos de honor. Robert (Korzeniowski) se ha quedado sorprendido de lo bien que estoy", apostilló.

El entrenador polaco confirmó la impresión de Paquillo: "Perfecto. Esto nos da confianza ante la Copa del Mundo. No hay nada que cambiar. Ahora lo único es conseguir paz y tranquilidad para no quemar su forma extraordinaria que está subiendo".

En la prueba femenina, disputada sobre 5 kilómetros, la noruega Kerstin Platzer fue la mejor. Tomó la iniciativa de salida la lituana Sonata Milusauskayte pero ya en el segundo kilómetro Platzer la dejó atrás y fue aumentando su ventaja hasta el final. Completó el podio la australiana Jane Saville, bronce en Atenas 2004. La malagueña Rocío Florido fue cuarta y la mejor española.