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Pugna por el estilo dominante

Argentinos y entrenadores de éxito, Diego Simeone y Gerardo Martino acapararán buena parte de los focos del esperado duelo entre Atlético de Madrid y Barcelona, en el que ambos equipos pelearán por poseer el estilo dominante de la Liga.

El torneo se apresta a cerrar la primera vuelta y en el Vicente Calderón se dirimirá qué equipo llega al ecuador como líder. Y pase lo que pase, será con un entrenador argentino, algo que no ocurría desde hace 19 años, cuando lo logró Jorge Valdano con el Real Madrid.

Simeone y Martino están superando récords en su desenfrenada carrera por el liderato y ambos cuentan con 49 puntos en 18 jornadas. Es interesante comprobar que ambos equipos lo hicieron con dos estilos muy diferentes, demostrando que cualquier filosofía es válida en el camino hacia el éxito. El resto depende del gusto.

Simeone empapó al Atlético de Madrid de los valores que tenía como futbolista. Su propuesta pragmática consiguió el compromiso de todos sus futbolistas y el club vive su mejor momento en años.

En España se acuñó el término cholismo para definir no sólo una forma de jugar, sino también una forma de pensar. "Somos lo que nos da el día a día", insiste Simeone. Sólo le interesa el presente.

"Cuando tomamos el equipo, el equipo estaba en un momento de dificultad y para salir de un momento así había que solamente mirar el presente, que era lo que nos iba a sacar de ese momento. A partir de eso, creo que cuando te va bien hay que usar lo mismo porque nadie puede evitar imaginar, pensar, ilusionarse, fantasear", explica el ídolo rojiblanco.

Lo que pocos se creen ya a estas alturas es esa frase pronunciada hasta tres veces esta temporada: "Es imposible que ganemos la Liga. Eso es cosa de Barcelona y Real Madrid". Si el Atlético gana hoy, ¿seguirá defendiendo Simeone tales preceptos?

En el otro lado se sitúa Martino, un entrenador que superó los recelos iniciales de un sector de la crítica con resultados y evidentes progresos en su propuesta estética.

Aunque centrocampista como Simeone, Martino era un armador de juego con más gusto por el toque que por el despliegue físico, y esa característica la trasladó al banquillo.

Seguidor de las doctrinas de su compatriota Marcelo Bielsa, Martino aceptó adaptarse a los conceptos del estilo clásico del Barcelona. Pero también añadió alguna idea más o menos novedosa en la última trayectoria del club azulgrana.

Así, y alejado de fundamentalismos, Martino inculcó a sus futbolistas que algunas veces es necesario mezclar combinaciones con un juego más directo para ser menos previsible. Y aquello, que provocó gran debate en Barcelona, ya está aceptado y no dejó heridas.

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