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Sagan enseña galones

  • El campeón del mundo se impuso en el sprint de la tercera etapa y sumó su octava victoria parcial en el Tour

  • Alberto Contador se asomó al final, pero los favoritos entraron agrupados

El ciclista eslovaco Peter Sagan del Bora empuja con los riñones para imponerse en la línea de meta al sprint en la tercera etapa del Tour.

El ciclista eslovaco Peter Sagan del Bora empuja con los riñones para imponerse en la línea de meta al sprint en la tercera etapa del Tour. / Guillaume Horcajuelo / Efe

El eslovaco Peter Sagan (Bora) lució el arcoíris de campeón mundial imponiéndose con autoridad en la tercera etapa, disputada a través de 212,5 kilómetros entre Verviers (Bélgica) y Longwy (Francia), en la que los favoritos entraron juntos y Geraint Thomas (Sky) retuvo el amarillo.

Reapareció el Bicho de Zilina, doble campeón mundial, para obtener su octava etapa en el Tour, exhibición incluida en un final en cuesta donde hubo dura batalla por la victoria. Sagan se mostró superior a todos y ganó a su estilo, con autoridad.

El eslovaco alzó los brazos por primera vez en la presente edición a pesar de que se le salió el pie del pedal en plena llegada. Superó el obstáculo y se adelantó a Michael Matthews (Sunweb), a Dan Martin (Quick Step) y al campeón olímpico, Van Avermaet (BMC).

No estuvieron lejos de la refriega los favoritos. Asomó Contador en las primeras plazas, como buscando la etapa, pero el resto de rivales espabilaron para evitar la perdida de segundos. Todos entraron juntos, a dos segundos del ganador. Froome fue noveno y, a partir de ahí, Quintana, Porte, Aru, Contador y Chaves.

Combate nulo en el primer final con aliciente del Tour, donde también estuvo atento el líder, Geraint Thomas. El galés podrá llegar de amarillo, salvo sorpresa, a la Planche des Belles Filles, la etapa de mañana, donde espera la gran montaña. Ya lo escolta en la general su jefe, Chris Froome, a 12 segundos, y la tercera plaza es de Michael Matthews.

La etapa más internacional del Tour nació en Verviers (Bélgica), localidad natal del ídolo clasicómano Philippe Gilbert, atravesó Luxemburgo y desembocó en Francia. Un recorrido con pequeñas cotas, en su inicio por parte del recorrido de la Lieja-Bastoña, luego por el circuito de velocidad de Spa-Francorchamps y finalmente con el aliciente de la rampa de Longwy, una llamada para los rematadores.

Enseguida se animó la fiesta con una escapada que incluyó al australiano Adam Hansen (Lotto Soudal), con 17 grandes vueltas seguidas en su hoja de servicios. Récord mundial. Con él se marcharon Politt (Katusha), Sicard (Direct Energie), Brown (Cannondale), Hardy (Fortuneo) y Backaert (Wanty).

No hubo preocupación en el pelotón con las presas a distancia prudente y terreno de sobra para cazar a tiempo. Más tarde se unieron varios corredores, entre ellos el francés Calmejane, quien fue el último en claudicar, a 12 kilómetros de meta, cuando ya estaba en marcha la maquinaria de los equipos que olían el triunfo de etapa.

La llegada a la ciudad fronteriza de Longwy, al final de 1,6 kilómetros de subida a la Cota de las Religiosas, con un 5,8 % de pendiente, inspiraba a un buen número de cazaetapas, como Gilbert, Van Avermaet o Peter Sagan.

Anulada la aventura, el BMC puso sus cartas encima de la mesa para que Van Avermaet descorchara el champán. Sin la energía de la primavera, el medallista de oro en Río atacó muy pronto ante la presencia de Contador, Dan Martin y Sagan.

Pero Sagan no se puso nervioso. Arregló el problema del pie en el pedal y arrancó a 60 metros de meta para mostrarse ya imparable. El bicampeón mundial, de 27 años, firmó su octava etapa y aspira ya a su sexto maillot verde en París.

El campeón del mundo paseó por el podio su poblada melena, a veces tapada por una gorra, "que da mucho estilo", y unas gafas de motocross colgadas, "no de esquí", de difícil justificación. Es Sagan, un campeón, un tipo peculiar.

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