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Seriedad defensiva y máxima eficacia arriba

  • El Estepona se limita a lanzar desde posiciones lejanas y apenas pisa el área

No hubo color en el primer partido de la primera vuelta. Los números reflejan de forma clara los méritos de uno y otro. El Granada CF se encontró con un encuentro más comodo de lo que podía imaginar y no pasó por ningún apuro gracias a su gran trabajo defensivo y su efectividad en ataque. No dispuso de demasiadas opciones claras de gol, pero sacó máximo partido de las que tuvo.

El Estepona sólo se dejó ver al principio. Se movió cerca del área, pero sin llegadas claras y se limitó a disparar desde posiciones lejanas. Fue la única forma que vio para poder rematar hacia la portería. Durante la primera parte el equipo malagueño lanzó cuatro saques de esquina. Esas acciones no generaron ningún peligro, porque Raúl Fernández se mostró muy sobrio por arriba. Intervino varias veces, pero la mayoría para anticiparse a centros en balones colgados hacia el área. No cometió ningún error. Ocho fueron los disparos que efectuó el cuadro local, la mitad en cada tiempo. Lo que ocurrió es que sólo uno de ellos fue entre los tres palos.

Muy favorables respecto a su oponente fueron los números con los que acabó el equipo rojiblanco. No fueran tantas las llegadas al área durante la primera parte, pero sí fue máxima la eficacia. De las cinco que hubo tres acabaron en gol. Se pisó el área también tras el descanso, aunque en realidad no se generaron opciones de verdadero peligro, a excepción del gol que logró Ighalo y de un cabezazo al larguero de Lucena.

Los tres puntos estaban ya asegurados tras el acierto mostrado en la primera parte y la segunda casi que sobró porque la suerte ya estaba echada. El Granada CF se dedicó más bien a controlar y a esperar que los minutos pasaran cuanto antes y sin verse agobiado en ningún momento. El equipo rojiblanco efectuó un total de ocho disparos entre los tres palos, seis de ellos durante el primer tiempo. Lanzó menos saques de esquina que su rival y fue objeto de hasta siete fueras de juego, por dos que cometió el Estepona a lo largo del encuentro.

No fue un partido especialmente duro, aunque sí se registraron algunas acciones que fueron castigadas con dureza. Velázquez se fue al vestuario poco después de cumplirse la media hora por entrar con demasiada contundencia a Ighalo. El árbitro interpretó que fue una agresión y no dudó en expulsarlo. El mismo camino corrió Memo, aunque éste se fue en los últimos compases. Las únicas dos tarjetas amarillas fueron para Javi García e Iván Amaya. El Granada CF estuvo muy metido en el partido, jugó con intensidad y cometió más faltas que su rival. Concluyó con dieciocho infracciones, nueve en cada parte.

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