Almería-Granada

Siguen de vacaciones (3-0)

  • El Granada firma su peor partido de la temporada y cae con estrépito ante un Almería que le golea sin despeinarse. Los de Alcaraz naufragan en defensa y apenas crean ocasiones.

El Granada CF demostró en Almería que no le van los parones. Prolongó las vacaciones navideñas y perdió por incomparecencia en el 'Juegos del Mediterráneo', donde recibió un baño tremendo de un rival inferior que ganó casi sin despeinarse. Los de Alcaraz se cantaron un villancico a destiempo, ofreciendo una lamentable imagen ante los alrededor de mil incondicionales que se desplazaron hasta la vecina capital. Ayer sí tuvieron motivos para pitar al equipo.

Fue, junto al de Villarreal, el peor partido con diferencia del plantel esta temporada. A la media hora ya perdía por 2-0 y la capacidad de reacción se quedó en el mismo sitio que las ganas, el amor propio, las ideas y el juego: en casa, o también de vacaciones. Alcaraz trató de dar una vuelta de tuerca al choque tras el descanso con tres cambios rápidos, pero ayer no era el día. Solo Brahimi y Riki rozaron el gol ante un Esteban perfecto. Tampoco estuvo mal Karnezis, que evitó una goleada mayor aunque no pudo impedir el 3-0 de Aleix Vidal.

La zaga, un día más, se tambaleó, convirtiendo en imprescindible a Murillo; el asunto no estuvo mucho mejor en el resto de líneas, pese al interés de Fran Rico y Brahimi, casi lo único salvable del equipo.

El viento, que llegó a romper un banquillo antes del encuentro, parecía que iba a ser el enemigo del plantel nazarí ayer. Nada más lejos de la realidad. Tampoco un rejuvenecido Soriano, ni Aleix Vidal, ni el buen encuentro tácticamente hablando de los de Francisco, el único rival del Granada ayer fue el propio Granada, una auténtica caricatura de lo que hasta ayer había mostrado como visitante.

El Almería salió al campo con una marcha más que los de Alcaraz, que parecieron haberse quedado  en 2013. Los turrones y mantecados pesaron mucho en las piernas de los rojiblancos -ayer de morado y negro-, que se mostraron casi de principio a fin lentos, mal situados, imprecisos, erráticos, desconocidos tanto en defensa como en ataque.

No hubo ni minutos de tanteo. Apenas sesenta segundos tardaron los locales en mostrar quiénes estaban en el partido y quiénes no: centro de Aleix Vidal por la derecha desviado a córner y balón suelto en el área que milagrosamente no remata nadie en ese saque de esquina. Clara muestra de lo que esperaba en un primer tiempo para olvidar.

Los visitantes solo veían a Esteban en córner no rematados. Lo peor no era que ni trenzaban jugadas ni llegaban, era que el Almería con casi nada hacía tiritar una y otra vez a la zaga. Antes del cuarto de hora, y después de que Soriano avisara de cabeza, Aleix Vidal cabalgó a sus anchas por la derecha y Dubarbier, el lateral zurdo, llegó al ataque como una locomotora. Los defensas del Granada, bien gracias. Anecdótico que tocara levemente Diakhaté antes de que el balón entrara y que el línea señalara un fuera de juego de Óscar Díaz que no había. Estrada lo tenía claro, gol legal.

Tampoco dudó el buen trencilla catalán en el minuto 27 al señalar un penalti de Mainz a Soriano que vio toda Almería, toda Granada y todo el mundo. "Éste no remata más solo", pensaría el capitán, que agarró al veterano atacante todo lo que pudo y más. Karnezis se tiró para un lado y Verza lanzó el penalti al otro. Menos de media hora y 2-0.

El Granada solo empezó a ser el Granada poco antes del intermedio. Emergió Fran Rico, mal flanqueado por Yebda e Iturra, despertó Piti y lo intentó todo Brahimi, el mejor sin duda de su equipo. Un tirazo del argelino obligó a lucirse a Esteban en el 40'. Eso y un chut lejano de Fran Rico, que se quedó sin problemas el meta, justo antes del 2-0 es muy poco bagaje para 45 minutos.

La segunda parte llevó al campo a Riki en lugar de un El Arabi desaparecido. Lejos de mejorar las cosas, todo pudo ir a peor si no llega a ser por Karnezis, que demostró que sabe parar. El griego se lució en tres remates a balón parado de Trujillo y Torsiglieri (2) evitando la sentencia.

Tan mal vio el panorama Alcaraz que en el minuto 57 ya había hecho los tres cambios. Diakhaté y un, otra vez, lesionado Yebda dejaron su sitio a Buonanotte, que dentro de lo malo fue de lo peor por desinterés, y Recio, quedando los nazaríes con Iturra de improvisado central, el argentino en la derecha, Piti de enganche y todo lo demás medio igual.

El choque pudo cambiar en el minuto 56. El centro de Piti y el cabezazo de Riki fueron perfectos, no menos que la intervención de Esteban, que con su manopla y la ayuda del larguero evitó el 2-1.

Los siguientes minutos fueron de bostezo general porque el Granada no podía, a veces dando la sensación de que ni quería ni sabía, y el Almería se conformaba con lo logrado y bastante tenía con defender esa renta. No obstante, las pocas llegadas fueron de los locales. Soriano, por ejemplo, volvió a poner a prueba a Karnezis mediado este segundo acto.

Por si había alguna duda de que los tres puntos se iban a quedar en casa, Aleix Vidal, el mejor del Almería junto a Soriano, se plantó solo y superó a Karnezis para firmar el sorprendente 3-0 a once minutos para el final, pese a que tanto el portero como Iturra llegaron a tocar la pelota sin poder impedir que llegara a la red. De ahí al final, ni un mínimo ni de orgullo ni de méritos para maquillar el marcador. 

El Almería solo había ganado un partido en casa. Era un día para seguir fuertes fuera y dar un golpe sobre la mesa, pero ahora vuelven los temores, se mira de nuevo hacia abajo y se encara el choque ante el Valladolid con recelo. A ver si para el viernes ya ha vuelto el equipo de las vacaciones.

 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios