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Siqueira evita un mal rato (2-2)

  • El Granada elude los puestos de descenso al empatar en el último minuto gracias a un penalti transformado por el brasileño, que también marca el primer gol desde los once metros.

En el último suspiro y de penalti. El Granada evitó caer en puestos de descenso a la conclusión de la primera vuelta al sacar un justo empate en su visita al Getafe. Los rojiblancos respondieron de idéntica manera a los goles de los locales, que se adelantaron por dos veces, pues el primer tanto también lo firmó el lateral brasileño desde los once metros. Ambas penas máximas fueron por lo mismo: mano dentro del área.

Aunque suene a tópico, el choque tuvo dos partes bien diferenciadas. La primera resultó insulsa, con escaso fútbol, sobre todo por parte visitante. Tras el descanso hubo otro partido. Más bien todo cambió tras la entrada en el campo del malagueño Recio en el minuto 54. A partir de entonces el Granada protagonizó su mejor juego, al que el Getafe respondió con ocasiones claras. Hubo más velocidad en ambos conjuntos y más ideas en el movimiento del balón, sobre todo en el bando rojiblanco.

No sorprendió Anquela con su once inicial. Tal como estaba escrito, mantuvo a Roberto en la portería, Angulo cubrió la ausencia de Benítez y Diakhaté, la de Íñigo López. El resto, los de siempre. Tres minutos. Éste fue el tiempo que duró el ímpetu inicial de los rojiblancos. Ighalo no tardó en protagonizar un conato de peligro con un pase de la muerte que se quedó en agua de borrajas. Luego, poco a poco, fue el Getafe el que comenzó a controlar, aunque sin demasiados alardes futbolísticos. Un despeje de puños de Roberto sirvió para alejar la primera jugada ¿peligrosa? de los madrileños.

La igualdad a casi nada se rompió en una jugada a balón parado. Diakhaté hizo falta en el lateral del área grande. La sacó Colunga y Juan Rodríguez, al que la defensa rojiblanca le faltó ponerle una alfombra roja, aceptó el regalo para inaugurar el marcador en el primer palo, a escasos centímetros de la línea de gol. El cante de la retaguardia visitante fue por soleares.

El gol atontó a los de Anquela. El Getafe estuvo a punto de aprovecharlo sin más esfuerzo que el producido por una mejor colocación. Colunga y Valera, en sendos remates, pusieron en aprietos a Roberto. Mientras, el Granada intentó estirar sus líneas, pero sin inquietar lo más mínimo.

A punto de llegar a la media hora del encuentro, los hados se vistieron de rojiblanco. Inocente jugada de ataque que controló Ighalo dentro del área local. Al intentar revolverse, el balón se topó con la mano de Abraham. El colegiado lo vio y Siqueira no perdonó desde los once metros. El balón entró por la escuadra. Mayor efectividad, imposible. Fue el primer lanzamiento visitante sobre la meta rival.

El empate sirvió de somnífero al encuentro, que decayó aún más. Lo despertó Ighalo con un remate a la media vuelta que se le escapó junto al palo (40'). Dos minutos después, Alcácer se plantó solo delante de Roberto y lo batió con suma facilidad. Un pase de espaldas de Colunga bastó para pillar a la línea defensiva granadinista a por uvas. Pudo haber fuera de juego en el arranque del autor del gol.

En la reanudación, tras diez minutos estériles, Anquela se decidió a mover su banquillo. Propició el debut de Recio, que suplió a un revolucionado Iriney, y Jaime hizo lo propio con Angulo, que apenas ofreció algo de valor en su titularidad. La presencia de malagueño dentro del campo se notó. Rápidamente se convirtió en una referencia -hasta entonces no la hubo- y el Granada comenzó a llevar peligro sobre la meta madrileña. Clara fue la ocasión que tuvo Siqueira, que tras una buena jugada colectiva buscó la escuadra con un disparo dentro del área. No la encontró por muy poco (61').

El decorado del partido cambió totalmente. Los visitantes, guiados por Recio, empezaron a jugar al fútbol. Y a llegar. Ighalo no pudo aprovechar un pase de Brahimi. Moyá le tapó bien el hueco. Y cosas del fútbol. Cuando mejor era el juego del Granada se produjeron las mejores oportunidades de los locales. En un contragolpe Colunga tuvo dos: primero remató solo al cuerpo de Roberto y tras coger el rechace envió el balón al palo (72'). Tres minutos después Álvaro, de fortísimo chut, envió el balón al larguero. Y a continuación fue Sarabia el que remató a bocajarro para que se luciese el meta rojiblanco.

Los últimos minutos del encuentro fueron eléctricos. El colegiado anuló un gol al local Álvaro por un fuera de juego que no lo era. Menos mal. A continuación el que dio fue el Granada. Un chut de Brahimi salió rozando el larguero. Y cuando moría el choque, un centro de Torje fue cortado por Rafa con la mano. Al punto fatídico volvió Siqueira para dar su segunda lección de cómo tirar un penalti. En esta ocasión engañó al portero, dio un punto y evitó que el Granada se instalara en puestos de descenso. Vamos, un tres en uno.

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