Atletismo

La Subida de su vida

  • El organizador de la Subida al Pico Veleta, Enrique Carmona, completa el recorrido el día que tenía que haberse celebrado la carrera a la que el coronavirus obligó a aplazarla hasta el próximo 6 de septiembre

Enrique Carmona no estuvo solo en su ascenso al Veleta

Enrique Carmona no estuvo solo en su ascenso al Veleta / (Granada)

El pasado domingo 2 de agosto no podía pasar desapercibido. Por lo menos para Enrique Carmona, el gran valedor de la Subida al Pico Veleta, que ese día tenía que haber cumplido su trigésimo sexta edición.

No pudo ser porque el coronavirus se entrometió en la vida de todos y, además de los muchos daños y tragedias que ha conllevado, también obligó al retrasar la que es el principal evento deportivo que se celebra en Granada verano tras verano desde hace 35 años.

Tras el confinamiento se decidió que la carrera se dispute dentro de un mes –será el 6 septiembre–, por lo que el pasado domingo la carretera de la Sierra no vivió el tradicional bullicio de atletas luchando contra la distancia, la altura y el calor.

Arredondo y Carmona ponen sus cronómetros en marca Arredondo y Carmona ponen sus cronómetros en marca

Arredondo y Carmona ponen sus cronómetros en marca / (Granada)

Un homenaje particular

El maracenero, que allá por 1988 se hizo cargo de la organización de la Subida al Veleta para evitar su desaparición, hizo un alto en la preparación de la carrera, que si nada lo evita se disputará dentro de un mes, para meterse entre pecho y espalda los 50 kilómetros que separan el Paseo de la Bomba, lugar en el que tradicionalmente se da el pistoletazo de salida, y el Veleta, donde se instala la línea de meta.

A la altura de Pinos Genil A la altura de Pinos Genil

A la altura de Pinos Genil / (Granada)

Aunque la idea era ir en solitario, al final estuvo acompañado por José Ramón Arredondo, un compañero de equipo en el Club Atletismo Maracena. Ambos pusieron sus cronómetros en marcha a las siete de la mañana sin escuchar el pistoletazo de salida. El objetivo, completar un primer tramo de unos 10 kilómetros corriendo y el resto a paso ligero. Así fue, a la altura de Pinos Genil hubo cambio de marcha.

Así pasaron las horas y los kilómetros hasta que a la altura de la zona de Las Sabinas, Carmona pasó su peor momento. "Habíamos cubierto unos 31 kilómetros cuando sufrí una pájara. La que nos acompañaba en un coche me dio bocadillo de atún con tomate que me dio la vida, me recuperé y pude afrontar el tramo final", recuerda el veterano atleta de 63 años, que reconoció que había cometido la imprudencia de "salir a la aventura, sin comida". Tampoco llevó crema protectora y lo pagó.

Sobrepasada las tres de la tarde, Carmona y Arredondo culminaron su particular homenaje a la Subida al Veleta. "No quería que el día se pasara por alto", señala el organizador de la prueba, que tras escuchar el silencio que reina a escasos metros del cuarto pico más alto de España.

A por la trigésimo sexta edición

Tras cumplir consigo mismo, Carmona vuelve a centrarse en lo que será la trigésima sexta edición de una carrera con el paso de los años a visto como su prestigio ha traspasado fronteras. La organización sigue adaptándose a las normas que obligan las autoridades obligadas por la crisis sanitaria provocada por el Covid-19. La seguridad es lo primero.

Los dos altetas, con el Veleta al fondo Los dos altetas, con el Veleta al fondo

Los dos altetas, con el Veleta al fondo / (Granada)

Y sigue el goteo de atletas que se inscriben. A día de hoy ya son unos 415, de los que más de 300 son para la Subida, mientras que poco más de un centenar ya han mostrado su intención de completar la Minisubida. Por lo tanto, la vista sigue puesta en el 6 de septiembre. Eso sí, el 2 de agosto no pasó sin pena ni gloria.

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