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A Suráfrica a lo grande

  • España certifica su pase al Mundial a falta de dos jornadas con otro triunfo, el octavo seguido.

La selección española selló el pasaporte al Mundial 2010 de Suráfrica, con un impecable camino creado con pleno de triunfos, en esta ocasión alejado de la brillantez pero sin sufrimiento ante la débil Estonia, a la que tumbó con goles de Cesc , Cazorla y Mata.

España ya es mundialista. No faltará a la cita en Suráfrica, donde será catalogada favorita por su triunfo en la Eurocopa y su brillantez rumbo al Mundial, olvidado el disgusto de la Confederaciones.

El vapuleo a Bélgica de Riazor hizo pensar al seleccionador en repetir equipo pero si algo es Vicente Del Bosque, además de buen entrenador, es psicólogo. Su mano izquierda le ha conducido al éxito en capítulos pasados de su carrera. Y ante Estonia sabía que debía contentar a jugadores.

El pelotón de cabizbajos lo lideraba Cesc. Su cabeza no para de dar vueltas. Cuando Del Bosque le da la confianza sale a comerse el mundo. Despertó a la Roja de unos minutos planos, aturullado por el calor, por los 35 grados, y sin ideas en un campo que le faltaba riego para la velocidad española.

Los cambios en una zaga en la que Piqué se ha convertido en el auténtico capo, dejaron leves desajustes que aprovechó Estonia. Rival menor del grupo pero que nunca renunció a tocar el balón. Incluso fueron ellos los que hicieron que Iker Casillas se frotase los ojos para creer las acometidas del rival. Hasta que apareció Cesc. Asociado con Xavi, mano a mano en la construcción con la espalda cubierta por Marcos Senna, comenzó a asociarse con Silva y Villa.

España se enchufó de golpe. Trianguló con brillantez pero Torres perdonó. A los 26 minutos chutó alto la jugada del partido. Piqué sacó jugado el balón, tras recorte en su área, Cesc hizo la pared con Villa, sirvió a Silva que dejó solo al 9 español que erró. No creía lo que veía cuando tan solo cincuenta segundos después, tras pase al hueco de Xavi, perdonaba el mano a mano ante Pareiko.

No falló Cesc. En una de sus clásicas jugadas, arrancando desde la medular con potencia, encontró la pared repleta de calidad de Villa, que devolvió el balón con el exterior del pie, para que definiese cruzado, ajustado al palo, ante la salida de Pareiko. Fue el tanto de un jugador que disfruta más asistiendo. Su tercero en 44 encuentros.

En la reanudación mareó a Estonia con el toque. Superior en calidad los goles eran cuestión de tiempo. Comprobado que no era el día de Torres y Villa, que se topó con el meta estonia en dos nuevos lanzamientos a puerta, Del Bosque movió el banquillo con acierto.

El hambre de la selección se personificó en Cazorla y Mata, que aprovecharon al máximo los minutos de los que disfrutaron. Un solo disparo desviado de Vunk fue el balance ofensivo de Estonia, antes de que tras innumerables intentos de pases en la frontal, un potente disparo de Cazorla se alojase en la red.

España disfrutaba de su clasificación cuando, sobre la hora, Mata asistido por Cazorla, cruzó su disparo para cerrar un triunfo cómodo, sin brillo pero con el valor de confirmar la presencia de la Roja en Suráfrica. Acudirá con su mejor selección de la historia. Con un sueño por cumplir.

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