Ni dos ni uno, al final no hubo ascensos que celebrar en el Heliodoro Rodríguez López porque el Tenerife le ganó a un Xerez que sólo necesitaba un punto para certificar su tránsito a la Primera División, con lo que los festejos se posponen, como mínimo, hasta la próxima semana.

Los jerezanos aún tenían la opción de subir matemáticamente si puntuaban en el Heliodoro, pero acabaron siendo víctimas de la efectividad y el amor propio del conjunto chicharrero, en inferioridad numérica durante setenta y cinco minutos por la expulsión de Ricardo, y que como premio adicional se llevaron el liderato.

El conjunto local, aunque atenazado por los nervios y la presión asfixiante del Xerez en los primeros compases, dio la impresión de que en una acción aislada la podía armar, y así sucedió al cuarto de hora cuando Nino asistió a Alfaro, quien beneficiado por un inoportuno resbalón de Chema marcó a placer con una suave vaselina.

Aturdido por el golpe, el Xerez pudo encajar el 2-0 en una brillante combinación entre Nino, Richi y Juanlu, quien permitió que el meta visitante se desquitara de su error en el primer tanto para salvar un claro mano a mano. Tan tocado estaba el equipo jerezano que incluso Francis a punto estuvo de marcar en propia portería en un mal despeje que salvó in extremis Chema.

Pero a la salida del córner posterior llegó la jugada que cambió la decoración, la expulsión del local Ricardo al cortar con excesivo ímpetu un claro contraataque montado por Carlos Calvo.

Paradójicamente, la mejor oportunidad hasta el descanso fue de nuevo para el Tenerife en el minuto 35 cuando Richi asistió a Nino, quien algo escorado se topó con los guantes del omnipresente Chema.

El dominio territorial del Xerez no se tradujo en ocasiones diáfanas por mucho que Momo se empeñara en apuñalar la banda izquierda con incontables internadas que nunca encontraron rematador.

Eso cambió tras el descanso porque los de Esteban Vigo apenas tardaron cinco minutos en amenazar la portería de Aragoneses, aunque el meta gallego sacó a relucir sus reflejos para desbaratar un claro mano a mano con Carlos Calvo.

Fue el inicio del asedio jerezano, que encerró literalmente al Tenerife en su área y a la salida de un córner, Moreno cabeceó muy cerca del palo, y poco después Momo remató seco dentro del área y Aragoneses atajó en dos tiempos. La superioridad visitante era manifiesta, pero Esteban Vigo no aguantó más y puso más madera con la entrada de Antoñito por Bergantiños.

Pero como quiera que el cronómetro avanzaba inexorablemente al equipo visitante le entraron las prisas, de modo que las aproximaciones al área local fueron cada vez más espaciadas y tuvieron menos claridad.

A la desesperada, Calle ingresó en el campo en busca del tanto salvador, pero llegó el mazazo definitivo por medio de, como no, Nino, tras un nuevo fallo garrafal de Chema, héroe y villano en noventa minutos.