Miguel Ángel Álvarez Tomé se encuentra de nuevo en Granada. Se marchó a León, su ciudad natal, poco después de ser presentado como entrenador. En este tiempo ha estado analizando los jugadores que quedan en la plantilla y los que considera interesantes de los que cumplen contrato. Para ello se ha provisto de informes y de videos para ir tomando decisiones. También se ha puesto en contacto con futbolistas que considera que son de interés para proponer su incorporación y tratar de configurar una plantilla competitiva.

Ayer por la tarde mantuvo una reunión con el secretario técnico, Antonio Barea, y el segundo entrenador, Roberto Cuerva. Sobre los tres recae a partir de ahora la planificación deportiva. Han de trabajar en la toma de decisiones, no sólo respecto al primer equipo, sino también al Granada Atlético, que pasa a ser dependiente, merced al convenio de filialidad que se firmó hace unas semanas para que los dos clubes vayan de la mano.

La idea es que los dos equipos se puedan complementar. Esto significa que se pueda tirar en el momento que se requiera de jugadores del equipo de Tercera División. Deben decidir los seis futbolistas que ocupan las plazas de sub 23. En este sentido, intercambiaron pareceres. Tanto Roberto Cuerva como Antonio Barea conocen de sobra a los de la provincia granadina y se va a encargar de asesorarle.

De los que finalizan su vinculación con el club a final de este mes, interesan en un principio Lafuente, Vicente e Israel. Con ellos se va a contactar en los próximos días. Debido a la reducción del presupuesto que hay prevista, se les ofrecerá una renovación a la baja, y ya será cuestión de que ellos accedan o bien decidan cambiar de aires si disponen de mejores ofertas. Son jugadores de banda y es importante saber cuanto antes si se va a poder contar con ellos. Cuando ya se sepa si van a seguir o no, se abordarán las incorporaciones que se deben realizar para completar la plantilla.

La pretemporada se quiere iniciar en torno al 20 de julio. Tomé no quiere dejarla para más adelante, puesto que considera que necesitará unas seis semanas para que el equipo llegue en óptimas condiciones de competir a los días finales de agosto, fechas en las que se disputará la primera jornada liguera.

Por otro lado, la gestora continúa con la lógica preocupación por el tema económico. Y es que sólo resta una semana para alcanzar el final de mes y deben llegar los 300.000 euros prometidos por el Ayuntamiento para cumplir el acuerdo de pago con la plantilla.