Copa del rey

Tropiezo a última hora (1-0)

  • El Granada no consigue aguantar el empate a cero y tendrá que apelar al espíritu de Los Cármenes para remontar la eliminatoria. Típico partido de ida de Copa con ambos equipos muy reservones.

Tocará remontar en Los Cármenes. El Granada llevaba bien encarrilado un partido de ida con muy poquito que contar, pero cuando faltaban apenas diez minutos para sellar un previsible cero a cero en La Romareda, un chispazo local entre Romaric y Aranda llevaba el balón al fondo de las mallas tras una de esas acciones del delantero andaluz, capaz de lo mejor y de lo peor. No quedaba mucho tiempo y aunque el Granada lo intentó, en las contras locales casi estuvo más cerca un dos a cero que sí hubiera sido del todo peligroso. Este 1-0 es perfectamente remontable.

Comenzó el encuentro con un Zaragoza que parecía más metido en la eliminatoria, no en vano repetían seis titulares del encuentro liguero del domingo ante el Sevilla, mientras Anquela sólo ponía en el once a tres jugadores de los que estuvieron en la alineación del Ciudad de Valencia, Allan Nyom, Brahimi y El-Arabi, mientras que debutaban esta temporada dos futbolistas importantes como el portero Roberto Fernández y Dani Benítez.

La primera parte fue de respeto mutuo, con miedo a encajar un gol y juego deslavazado por ambos conjuntos, sin conexión, falto de chispa y de oportunidades claras. Las aproximaciones a las áreas tanto de Leo Franco como de Roberto, que fueron meros espectadores, fueron escasas ya que las intentonas quedaban abortadas al borde del área. Dos centros peligrosos de Juanma Ortiz donde se paseó el balón por el área y una subida del jugador colombiano Brayan Angulo fueron lo más destacado de los de Anquela en el primer tramo.

El Zaragoza tuvo su oportunidad tras un fallo defensivo, cuando Romaric recogió un mal despeje, cedió a Víctor pero su disparo lo detenía sin problemas Roberto. Poco a poco, la línea medular de los andaluces se fue adueñando de la parcela central, donde Iriney y Brahimi podían con Movilla y Romaric. Un pase de Brahimi a la espalda de la defensa maña iba sobre Juanma Ortiz, quien no llegaba por milimetros, y un disparo intencionado de Dani Benítez se marchó fuera por poco.

El Zaragoza no encontraba resquicios en la seguridad defensva nazarí. Sólo una buena oportunidad por parte de Víctor Rodríguez, al cual respondió Roberto muy ágil, en perfecta estirada para detener el intencionado disparo del extremo catalán. Una entrada escalofriante de Sapunaru a Dani Benítez en la medular fue una amarilla más que generosa para el zaguero local, que se jugó la roja. Con un último centro peligroso de Zuculini bien resuelto por la zaga granadina se llegaba al intermedio.

La segunda parte aún fue más escasa en oportunidades. Pero en la primera tuvo el gol El-Arabi a los once minutos de la reanudación, si bien su intento a la media vuelta se le marchó desviado por encima del travesaño. El partido se convierte a partir de ahí en un despropósito, pues no se conseguían dar tres pases seguidos ni en un lado del campo ni en el otro. Ataques negados en Zaragoza en una fría noche, desangelado fútbol copero.

El aburrimiento y el sopor se iban apoderando de la grada maña, hasta que en el minuto 78 Romaric pone una pelota a la espalda de la defensa nazarí, Aranda controla perfectamente con el pecho, la deja caer y de una perfecta volea, tras golpear en el palo izquierdo de la meta de Roberto, el cuero se introduce consiguiendo el que sería unico gol del partido.

A partir del tanto aragonés, el Granada intenta devolver la igualada poniendo un punto más de interés al juego de creación, pero es de nuevo el Real Zaragoza el que dispone de una magnífica oportunidad en una falta al borde del área que, lanzada por Babovic, se estrellaba en la barrera andaluza, acabando el esférico en córner.

Ya en tiempo de descuento, Romaric vio muy adelantado al meta Roberto y disparaba desde el círculo central, el cancerbero visitante trastabilla y se va al suelo, pero por suerte para los de Anquela la pelota se marchaba fuera por poco. Y en el minuto 92, en pleno acoso visitante, un centro de Orellana era despejado defectuosamente por Álvaro marchándose la pelota rozando el larguero de su propia meta. El córner se botaba sin consecuencias y con el uno a cero moría el encuentro, un choque que en justicia debió acabar en tablas sin goles, pero la jugada aislada y la calidad de Aranda propiciaron la mínima derrota. Los Cármenes tendrán que decidir el desenlace de la elminatoria. Restan noventa minutos, y la Copa bien vale un esfuerzo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios