El Valencia y el Villarreal seguirán disfrutando de la Europa League tras conseguir pasar de ronda y clasificarse a cuartos. El Sevilla no logra el pase.
El Valencia jugó a la ruleta rusa con el Krasnodar, pero se clasificó tras arrancar un milagroso empate (1-1), con un gol en el tiempo de prolongación del portugués Guedes en el minuto 93.
Los valencianistas caminaron sobre el filo de la navaja durante los últimos instantes del partido, pero por suerte la moneda salió cara. Un golazo de la nueva estrella del fútbol ruso, Suleimanov, en el minuto 85, estuvo a punto de hacer pagar muy cara su racanería al conjunto de Marcelino García Toral, al que Guedes salvó.
Los rusos fueron mucho más inofensivos que en Mestalla y, de hecho, las mejores ocasiones del encuentro las tuvieron los jugadores valencianistas. La eliminatoria estaba en el aire. El Krasnodar parecía incapaz, pero el Valencia no se fue arriba para darle la puntilla y un incomprensible fallo en la salida del balón que permitió a Wanderson disparar fue un aviso. Suleimenov recibió el balón en un vértice del área, encaró a su marcador y se sacó de la chistera un disparo que entró por la escuadra. Pero Gameiro respondió con la jugada de la noche por la banda derecha, le cedió el balón a Guedes, que amagó con maestría a un contrario, y marcó con la zurda un gol que vale una eliminatoria.
Por otro lado, el Villarreal sigue encontrando en Europa el bálsamo a una sufrida temporada en la competición doméstica y ya está en los cuartos de final de la Liga Europa, tras superar de nuevo al Zenit de San Petersburgo, al que derrotó en La Cerámica por 2-1.
El Villarreal afrontaba este partido con una cómoda renta, tras haber ganado en Rusia por 3-1 en la ida, y los de Javi Calleja no dieron pie a la sorpresa y superaron al Zenit por un global de 5-2, una diferencia que pocos imaginaban cuando se conoció el resultado del sorteo.
En cambio, el Sevilla se despide de su competición fetiche tras caer derrotado ante el Slavia de Praga (4-3) en un partido en el que los checos sacaron más velocidad y supieron poner en apuros a una defensa sevillista poco lúcida.
El partido llego a la prórroga y, cuando el Mudo Vázquez parecía haber decidido el encuentro, el Slavia supo dar un nuevo impuso y darle la vuelta al marcador.
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