Le hicieron la pregunta de todas las  formas posibles, pero su respuesta fue invariable: "No voy a decir  nada". El seleccionador de Holanda, Bert van Marwijk, esconderá sus  cartas hasta el último momento. 

¿Cómo jugará mañana Holanda la final del Mundial de fútbol ante  España, se encerrará atrás para tratar de contrarrestar el poder  ofensivo del rival o tratará de controlar el juego? 

"La táctica la hablaré con mis jugadores, no se lo voy a contar a  usted", repitió una y otra vez a los periodistas que llenaban este sábado la  sala de prensa del estadio Soccer City de Johannesburgo, escenario de  la final de Sudáfrica 2010.     Como buen jugador de cartas -ganó un título mundial junto a su  padre-, Van Marwijk escondió sus bazas y jugó al despiste. 

"Nosotros tenemos una idea clara de cómo creemos que va a jugar  España", dijo el técnico. "Y nos hemos preparado para eso". 

A excepción de Chile, los españoles siempre se han encontrado  hasta ahora con equipos que han planteado los encuentros de forma  defensiva. Incluso Alemania, que llegaba de ganar 4-1 y 4-0 a  Inglaterra y Argentina, respectivamente, esperó a España en su propio  campo en semifinales. 

Holanda es la única selección que ha ganado todos los partidos que  ha disputado en el Mundial. Es un equipo de enorme pegada, con un  trío arriba de mucha calidad -Robin van Persie, Dirk Kuyt y Arjen  Robben- y un Wesley Sneijder en el enganche en estado de gracia. 

Aunque es un equipo de buen trato de balón, la selección de Van  Marwijk renunció en parte a la tradición holandesa para convertirse  en un conjunto más equilibrado y seguro con dos mediocentros en el  centro del campo. 

Mark van Bommel y Nigel de Jong ordenan el juego y la salida del  equipo, además de destruir la creación del rival. 

La retaguardia es el principal punto débil de los oranje. El  arquero Maarten Stekelenburg pudo liberarse de la sombra de su  antecesor, Edwin van der Sar, pero tampoco es sinónimo de seguridad  absoluta en el arco, como quedó demostrado en su desafortunada acción  en el empate de Uruguay en semifinales. 

En defensa no se la puede considerar un equipo especialmente  sólido. 

Con 35 años, el capitán Giovanni van Bronckhorst ha perdido ya  algo de velocidad en la banda izquierda. En la derecha, Gregory van  der Wiel es uno de los menos experimentados en el equipo y se le nota  la falta de pausa y serenidad necesarias en este tipo de partidos. 

Los centrales John Heitinga y Mathijsen son ya habituales, pero  también ellos son lentos. 

"Creo que tanto España como Holanda son dos equipos que están muy  bien organizados", dijo hoy Van Marwijk. "Son dos equipos muy  estables, dos de los mejores equipos del momento, y recalco la  palabra 'equipo'". 

"Nosotros vamos a hacer todo lo posible para ganar. Tenemos que  creer en nosotros. No tenemos miedo y estamos convencidos de ganar",  añadió el técnico de 58 años. 

Holanda disputa mañana su tercera final en un Mundial de fútbol,  pero nunca logró el título. En Alemania 1974 y Argentina 1978 perdió  ante los anfitriones. 

"Sólo pensamos en esta final, no en el pasado", aseguró sin  embargo Van Marwijk, que calificó el partido como "el más importante"  de su vida. "Y también lo es para todos los jugadores. Ningún jugador  holandés fue campeón mundial. Es naturalmente algo especial".