Lass es de esos futbolistas a los que el calificativo de raro se les queda, en algunas ocasiones, hasta corto. Llegó al Granada en el mercado invernal rebotado desde el Rayo Vallecano, donde su enfrentamiento con el no menos especial Paco Jémez era tal que el futbolista quiso incluir a la hora de renovar una cláusula que anulaba tal continuidad caso de que siguiera el preparador en el club. Vino al Granada en tiempos de indudable búsqueda de nuevos héroes y cuando apenas llevaba unos días en la ciudad ya había hecho de todo: marcar (en Copa), brillar, convertirse en titular indiscutible.

Con Abel le fueron las cosas tan bien como en los últimos coletazos de Caparrós, pero poco a poco fue apagándose. El jugador que desbordaba y era un peligro constante se convirtió en un elemento casi neutro. La apatía y la indolencia le invadieron hasta el punto de que, riña con algunos compañeros en un entrenamiento también de por medio, dejó de ser titular pasando a jugar, y a aportar al equipo, poco o nada.

Sin embargo, como ha pasado con otros compañeros como Rochina o Piti, la llegada de José Ramón Sandoval al banquillo rojiblanco le ha devuelto el protagonismo. El técnico, que dirigió al guineano en el Rayo hace varias campañas, le hizo retornar al once titular en Getafe y ayer también volvió a contar con sus servicios desde el principio. En el Alfonso Pérez firmó un buen partido, también fue más que aceptable su trabajo ayer.

Aunque hubo bastantes momentos en que desapareció del encuentro, de hecho de los cuatro de arriba fue el que menos participó en el juego, Lass ofreció siempre sensación de peligro. Su velocidad contrasta con los parones que suele efectuar cuando encara a un rival en el uno contra uno, en muchas ocasiones dentro del área y con varios compañeros esperando el centro.

A lo largo del choque dio muchos más pases buenos que malos, aunque la suma entre envíos incorrectos y balones perdidos superaron la decena. Puso varios balones al área e intentó un disparo, en una posición bastante escorada desde la que no sorprendió a Juan Carlos al marcharse el chut desviado.

Fue el protagonista de algunas de las innovaciones tácticas que ha hecho Sandoval en el equipo. Por ejemplo, se quedó arriba en los saques de esquina del rival para tratar de montar contras, algo que casi le sale bien en un par de ocasiones, y acudió varias veces en auxilio de Piti en saques de esquina que entre los dos botaron en corto. El propio Piti le quitó un par de faltas directas que Lass tenía la intención de lanzar.

Tras partir durante todo el partido desde la derecha, en los últimos minutos se situó en la izquierda. Lass vuelve a ser importante, y Sandoval y el Granada lo agradecen.