El Granada CF dio un puñetazo sobre la mesa y consiguió ganar fuera de casa después de cuatro meses. Desterró de un plumazo su talón de Aquiles y sacó partido del nerviosismo de un rival que está fracasando de forma estrepitosa esta temporada. Una victoria de prestigio ante un equipo que el pasado ejercicio estaba en la máxima categoría y que ayer fue un flan ante la presión que le acompaña. Los rojiblancos volvieron a demostrar que tienen mucha dinamita en ataque y que les basta con unos zarpazos para marcar, sin necesidad de recurrir a una continua elaboración de juego.

El triunfo aporta una gran dosis de tranquilidad. Se han sumado los seis puntos de los dos partidos disputados en la segunda vuelta y la permanencia se divisa casi a la vuelta de la esquina. A partir de ahí habrá que proponerse luchar por el ascenso. 

La ausencia de Geijo no pasó factura esta vez, como ocurrió en Villarreal. Ighalo se portó como un jabato y tapó muchas bocas, que dudaban de su capacidad para estar a la altura del máximo goleador de la Segunda División. El nigeriano hizo un partidazo y marcó su primer gol desde su llegada. Fue un duelo de ida y vuelta y que en la segunda parte pudo decantarse para cualquier lado. El Granada CF estuvo astuto y aprovechó su pegada en el tramo final para sumar tres puntos que le dan mucha vida.

Se aprovechó de los nervios de su rival para ponerse por delante dos veces durante la primera parte sin hacer tampoco nada especial, sólo varios destellos de calidad ante un rival asustado por la presión que da su mala clasificación. El equipo empezó muy bien y tras adelantarse por medio de Ighalo, pudo anotar el segundo por medio de Dani Benítez en unos instantes de mucho desconcierto para los jugadores de Abel Resino. El Valladolid trató de rehacerse poco a poco. Consiguió tener más tiempo el balón y dispuso de algunas opciones, aunque no las aprovechó y los rojiblancos sí lo hicieron en el tramo final del primer acto.

No pudo comenzar de mejor manera el encuentro para los rojiblancos. Dani Benítez recibió, hizo un recorte y dio el pase hacia Ighalo. El nigeriano aguantó el empuje de su marcador y le pegó con fuerza y colocación para inaugurar el marcador. El Valladolid pidió fuera de juego, aunque no lo era.

Pudo marcar después. Dani Benítez la tuvo, pero su lanzamiento fue repelido por un defensa, después le llegó a Nyom y se encontró con el portero. El Valladolid fue presa de los nervios en el inicio y eso motivó que cometiera numerosos errores.

La historia se complicó. El árbitro pitó un penalti por una mano de Íñigo López, que pareció involuntaria, al tratar de enviar el balón hacia el área Jofre. Lo lanzó Nauzet y estableció el empate. 

Ese tanto dio bríos a los locales, que aparcaron por momentos su dudas iniciales. Jofre y Pedro López tuvieron dos oportunidades francas. Respondió Orellana con una vaselina tras encontrarse con un balón que perdió la defensa pucelana. Hizo después una gran jugada, pero le sobró un recorte cuando se metió en el área y no disparó cuando debía. 

Cuando el partido se encaminaba hacia el descanso apareció Dani Benítez para revertir la situación. Un saque de falta del balear hacia el segundo palo fue rematado de cabeza por Íñigo López, Justo Villar rechazó y llegó hasta Lucena, que marcó el segundo tanto. 

Ighalo tuvo la posibilidad de marcar el tercero en el inicio de la segunda parte. Fue por medio de un envío hacia el hueco por parte de Dani Benítez. El nigeriano se acomodó el balón, le pegó fuerte pero Justo Villar rechazó. Abel Resino decidió mover el banquillo. La apuesta le dio resultado. El Valladolid insistió en meter balones al área y en uno de ellos vino el empate. Óscar aprovechó un balón que no rechazó bien la defensa. 

Fabri decidió realizar el primer cambio. Salió Juande por Lucena. La tuvo el Valladolid por medio de Óscar, aunque su remate desde cerca lo paró Roberto. Los locales se soltaron y fueron capaces de generar más oportunidades. 

Un balon de Ighalo (69') se fue al palo tras un envío de Nyom desde la derecha. Al tocar en Juanito quedó muerta la pelota. Con la entrada de Juande, Orellana se fue a la media punta. El chileno falló un mano a mano (73') después de una pared con Ighalo. Fueron dos claras opciones para sentenciar el partido. Dani Benítez (77') se metió hacia dentro y le pegó con fuerza y otra vez rechazó Justo Villar. Un minuto después le pegó tal y como le venía y casi entra. Se veía que podía llegar el gol y llegó. Fue Abel Gómez tras una gran acción de Orellana dentro del área. Roberto rechazó un disparo fuerte en los instantes finales. En el descuento casi marca Ighalo.