Domingo 16, 11:00 horas. Ese día y a esa hora, el estadio Miguel Prieto verá si es el Granada CF o el Oviedo Moderno el equipo que juegue la próxima temporada en Primera División. Las espadas siguen en todo lo alto después del resultado que arrojó el partido de ida ayer entre ovetenses y granadinas. Un empate a cero que deja la decisión del billete a la máxima categoría a un sólo partido, aunque con la desventaja de que cualquier empate con goles le serviría al Oviedo Moderno para superar al Granada.

Lo cierto es que, a tenor de lo visto sobre el sintético del Manuel Díaz Vega, el resultado es la mejor noticia para el equipo de Toni Moreno. No es fácil defender durante noventa minutos sin recibir un gol, y más de un Oviedo Moderno que en toda la temporada ha marcado un total de 123 goles.

La primera decisión de Toni Moreno fue valiente. Dejó en el banquillo a la experimentada Thais García. La de Cúllar Vega lleva acumuladas cuatro tarjetas amarillas, y si veía una quinta se perdía el encuentro de vuelta. El Granada perdía así mordiente ofensivo, quedando Rivi como única referencia arriba. El encuentro para las granadinistas se leía en clave defensiva. Ahí, el trabajo conjunto del equipo es fundamental. Y en eso, el cuadro rojiblanco se mostró ayer muy maduro. Sufrir en la eliminatoria contra el Charco del Pino parece haber surtido efecto.

El Oviedo Moderno, gran favorito al ascenso, empezó mordiendo. Cómo no, la primera ocasión del partido fue para el conjunto local. Sólo tardó dos minutos el conjunto astur en probar a la zaga del Granada. Un saque de esquina botado desde el lado izquierdo terminó paseándose por delante de la portería sin que nadie rematara.

El vendaval verdinegro continuó y en el minuto 8 volvió a sobrevolar el fantasma del 1-0. La ocasión llegó por los extremos. Yoli desbordó por la izquierda a su par y centró a Mogoyu que, tras controlar, enganchó un buen disparo que se marchó junto al poste.

El Oviedo Moderno bajó de intensidad su nivel de presión y el Granada empezó a controlar un poco más la medular. A las rojiblancas les convenía tratar de dormir el partido y mantuvieron a raya a las de Pepe Rodríguez durante cerca de veinte minutos. El problema fue la falta de creación y de contar sobre el césped con una jugadora capaz de subir el balón con peligro en la de Toni Moreno. Ahí se notó la ausencia de Thais. Las rojiblancas tan sólo trataban de inquietar con balones largos que morían en la defensa local, que siempre se anticipaba a una solitaria Rivi, la referencia visitante.

A los 26' despertó el partido del letargo. Volvió a ser el Oviedo el que levantó al público. Centro de María Iglesias por izquierda a Mogoyu que esta volvió a tirar fuera.

En la segunda parte, a los pocos minutos de empezar (50'), el Oviedo Moderno lanzó una ofensiva por el gol que duró todo el periodo. La mejor ocasión del partido la tuvo Montse en sus botas. La veterana centrocampista local, en posición dudosa, estrelló el balón en el travesaño del arco de Andrea Romero. Poco antes de esta ocasión, se produjo la tarjeta a Cristina Moreno por agarrar a una rival, una decisión importante en el desarrollo final del partido. Por si fuera poco, esto coincidió con el susto que dio Rivi. La goleadora tuvo que abandonar el terreno de juego durante algunos minutos debido a la fuerte entrada de una rival al tobillo.

La tensión crecía poco a poco. Las ovetenses embestían sin descanso el área del Granada, tanto con balones aéreos como en jugada. El equipo de Toni Moreno estuvo prácticamente acorralado.

Pasados los 60 minutos, Andrea Romero hizo uno de los primeros paradones que la encumbrarían la heroína del Granada. Ille se quedó sola ante la arquera, pero la granadina le sacó el esférico con el pie a la verdinegra. Ille repetiría poco después con un tiro en la frontal del área que Andrea resolvió mandando la pelota a córner (74').

La defensa del Granada estuvo de diez, con todas la líneas implicadas, y la rotundidad de Vanessa, Ana Urrea y Meme, muy viva la extremeña en la anticipación.

La única ocasión del Granada llegó a la contra. Rivi cazó un balón y abrió a la banda izquierda donde se incorporó Amy, que centró a Lula pero se anticipó la central Gordillo. Si hubiera controlado se hubiera quedado sola ante la portera.

Acto seguido llegó el palo. Cristina Moreno cortó una jugada en la que Ille se quedaba sola ante Andrea. No le quedó otro remedio que hacer falta y ver la segunda amarilla. Una baja sensible para la vuelta. Desde ese momento no quedó otra que aguantar el chaparrón. El Oviedo tuvo dos. La primera en el 90', en un tiro duro de Ille que atrapó Andrea en dos tiempos. En el último segundo del vergonzante descuento aplicado por el árbitro (97') estuvo a punto de irse abajo todo. Montse disparó desde lejos y su chut rozó el poste.

Sufrimiento que le vale al Granada llegar con vida a la vuelta. Un 0-0 bonito. Pero que nadie lo olvide. Lo dijo un sabio llamado Fabriciano: ahora tenemos el agua en nuestro prado.