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El ascenso de la escalera

  • La temporada 67-68 marca tres hitos en la historia del Granada CF: la última vez que el equipo subió a Primera, el fichaje de Joseíto para la dirección técnica y la elección de Candi como presidente del club

LLEVAMOS toda la semana jugando este partido". Así habló Joseíto. Y así reprodujo la prensa las declaraciones prepartido ese domingo 28 de abril en que el Granada comparecía en Mallorca con el ascenso en juego.

Desde que el equipo regresó de Puertollano, cuatro semanas atrás, con una derrota en el maletero, el Granada había sido incapaz de restablecer un colchón suficiente con su inmediato perseguidor y ahora acudía a la cita final de la Liga desde la cumbre de la clasificación y la ventaja de que dependía de sí mismo: una victoria pasaportaba a Primera; un empate quedaba al albur de un triunfo manchego en Cádiz; una derrota desembocaba con mucha probabilidad en fracaso... Un partido, pues, a jugar en dos campos: en Mallorca y Cádiz, donde comparecía un Calvo Sotelo en racha, muy reforzado con fichajes de Primera, costeados por la empresa nacional de carburantes.

Minuto 22 en todos los relojes del estadio Luis Sitjar. Un minuto fatídico que traía clarines de muerte futbolística. En ese minuto de la soleada tarde abrileña de la isla de Palma, Cifré, un extremo catalán enrolado en las filas del Mallorca, cazó un rechace y lo alojó de lleno en las redes de Ñito. El momento más temido por toda la familia rojiblanca desde una semana atrás había llegado.

¿Y en Cádiz? Todos los corazones rojiblancos palpitaron en dirección a la 'Tacita', el epicentro de aquella última jornada de la Liga 67-68 en el grupo Sur de la Segunda División. El Granada que se había asido al liderato en la jornada quinta llegaba a la cita final con un punto de adelanto sobre el equipo de Puertollano. El 'average' particular arrojaba igualdad (1-0, en Los Cármenes; 2-1, en Empetrol) pero el general daba una ligera ventaja a los manchegos. Como la Federación había dictaminado el comienzo de los dos partidos al unísono, ese gol de Cifré, con momentáneo empate a cero en Cádiz, ponía al Calvo Sotelo en Primera División. Una categoría que el equipo de Puertollano disfrutó 'in pectore' durante los catorce minutos siguientes. Entonces, en el minuto 36 del estadio Carranza, Mendoza, un extremo sevillano que había comenzado la temporada como rojiblanco, se escapó como una flecha ante una indecisión de la defensa machega y culminó con un tiro seco y fuerte el 1-0 que estabilizaba de nuevo la situación para los intereses rojiblancos.

El Granada, en el tiempo transcurrido desde el gol, había tratado de recomponer las cosas. Y bien que atacó y golpeó. Pero sin fortuna. Vicente estrelló en el larguero el primero de sus disparos, suerte que repetiría minutos después, al golpear espectacularmente en la cruceta un golpe franco contra la puerta de Heredia. Portero jiennense, titular mallorquín, que se luciría con valentía a los pies de Ureña por dos veces, más una tercera en tiro lejano de Santos. Y cuando no acertó a retener un nuevo disparo de Almagro, el ariete rojiblanco, en su afán por elevar el rechace por encima del portero, terminó enviando más alto que el poste, a las gradas del estadio Luis Sitjar.

Los temores, pues, estaban a flor de piel cuando los cuatro equipos reaparecieron para disputar la segunda parte. Pero, para fortuna rojiblanca, sería el Calvo Sotelo el que doblase la rodilla. Lo hizo, además, en una descomposición estruendosa, en los minutos que van del 50 al 60, para respiro de la expedición granadina. A los cinco minutos de la reanudación, Juanito -un delantero de posterior paso por el Barcelona y Granada-, destapó la esencia de sus filigranas y puso el 2-0 en el marcador. Diez minutos después, Mendoza atacó otra indecisión de un nervioso Calvo Sotelo y de su remate salió un 3-0 imposible para los manchegos. Que aunque reaccionaron con un gol a falta de un cuarto de hora, recibieron el definitivo 4-1 minutos más tarde.

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