La ausencia definitiva tanto en el once inicial como en la convocatoria de Ricardo Costa y de Rochina trastocó los planes de José González, que seguro hubiera deseado poder contar con dos de los futbolistas más regulares de las últimas semanas. El técnico no quiso arriesgar con ninguno, por lo que se vio obligado a rescatar el dúo de centrales formado por Babin y Lombán, y a Javi Márquez. Además, Foulquier por Miguel Lopes y Peñaranda por el sancionado Success fueron las otras novedades en la alineación. Lo que no varió fue el sistema, el 1-4-4-2 por el que sigue apostando jornada a jornada el preparador gaditano y que en San Mamés usó de principio a fin del encuentro.

con uno menos

El jugador de la plantilla con unas características más similares a Rochina es Javi Márquez, por lo que el técnico apostó por el medio catalán, hasta este fin de semana inédito en las citaciones del nuevo preparador, para jugar como falso interior diestro. El problema es que la diferencia entre lo que uno y otro son capaces de aportar al plantel en este momento es abismal. El paso de las jornadas ha demostrado este curso que poner como titular a Javi Márquez es jugar con diez futbolistas y medio; si encima lo pones en banda es lo más similar a actuar con uno menos. Rochina luce menos en banda que por dentro, mas es capaz de abandonar la posición pegado a la cal de la que parte para crear superioridad por el medio y asociarse con los suyos. A Márquez no le explicaron bien lo que debía hacer, o se lo indicaron bien pero no supo o no quiso hacerlo. Pasó absolutamente desapercibido, no apareció nunca por donde debía (el centro) y restó más que sumó.

a la espalda

Parecía mejor armado defensivamente el Granada en las últimas jornadas, mas el Athletic sacó provecho de uno de los debes nazaríes durante el curso: la espalda de sus centrales. Así llegó el 1-0 y la acción del penalti, que afortunadamente mandó al palo Aduriz. Lombán actuó en el lado derecho y Babin en el izquierdo. Los centrales apenas subieron, salvo un par de buenas gabalgadas de Foulquier, al que sus compañeros no le pasaron la pelota en ataque todo lo que debieron.

mucho mejor

Los dos primeros cambios del Granada, con 1-0 en contra, llegaron en la primera mitad del segundo acto. Rober mejoró mucho a Márquez, algo que tampoco era demasiado complicado, y Fran Rico hizo lo propio con Rubén Pérez, que volvió a tener un mal día. El equipo creció con ellos. El gallego aportó juego, algo de lo que había carecido hasta entonces un Granada plano y con pocas ideas con el balón en su poder. Rober dio descaro, desequilibrio y verticalidad. En una acción suya nació el gol de Peñaranda, chupón y lento en algunas acciones pero activo, valiente y con capacidad para aparecer por cualquier lado del ataque.

portento físico

Barral iba a salir cuando el choque iba 1-0, pero el tanto del empate postergó la entrada del punta y es probable que también alterara el nombre del sustituido. El que, un día más, creció con el avance del partido fue Dux, un auténtico atleta capaz de aparecer en las dos áreas en muy poco espacio de tiempo y que se multiplicó con y sin balón.