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El clásico continúa: Barcelona y Real Madrid recrudecen la tensión

  • Rosell, presidente azulgrana, carga contra los blancos, que critican unas manifestaciones "desafortunadas" e insiste en asuntos como el racismo o la limpieza.

Dos meses después del comienzo del aluvión de clásicos, el conflicto entre Barcelona y Real Madrid añadió nuevas cotas de tensión que invitan a pensar en una enemistad duradera. La guerra fría que viven los dos grandes del fútbol español sumó un nuevo episodio con la carga de Sandro Rosell, presidente del Barcelona, y la posterior respuesta del Real Madrid, que insistió en asuntos como el racismo o la limpieza.

"Si los límites de la deportividad se sobrepasan de nuevo, nos veremos obligados a romper las relaciones institucionales, algo que no queremos hacer, pero no nos temblaría el pulso", avisó Rosell en un discurso realizado por la mañana. Y luego llegó la respuesta del Real Madrid, que calificó como "desafortunadas" las palabras de Rosell. Lo más jugoso del comunicado del club blanco llegó en el último párrafo, en el que reiteró su "firme compromiso del Real Madrid a favor de la deportividad y los valores consustanciales al deporte, especialmente en lo que concierne al juego limpio y a la lucha inequívoca contra el racismo, elementos esenciales del deporte y ejemplo para todos los niños del mundo". Un párrafo lleno de ironía.

No hay tregua, por mucho que vayan pasando los días. El 2 de mayo tuvo lugar el último de los cuatro clásicos vividos en 18 días, y todavía se examinan los restos del naufragio. Pasado el tiempo, nadie se pone de acuerdo en quién empezó el conflicto. El Barcelona protesta por la actitud de José Mourinho, el entrenador blanco, y se recuerda aquella incendiaria rueda de prensa en la que dudó de la legitimidad de los triunfos azulgranas. Mourinho declaró que sentiría "vergüenza" si estuviese en la piel de Josep Guardiola, técnico del Barcelona, por la forma en que según el portugués conquistó sus últimos títulos europeos. Demasiado para que el Barcelona estuviera quieto. Si hay una figura intocable en el club azulgrana, ese es Guardiola. Rosell también habló de las insinuaciones de dopaje vertidas por la Cope, que citó al Real Madrid como confidente. Otro asunto que indignó al barcelonismo.

Por su parte, el Real Madrid aclaró a raíz de los conflictos que fue el Barcelona el que inició la escalada de tensión al denunciar ante la UEFA las palabras de Mourinho, quien finalmente fue sancionado por cinco partidos. En este tiempo, los jugadores también se unieron a la disputa fuera del terreno de juego con declaraciones que sorprendieron a todos. Incluso se llegó a especular con que este ambiente afectara al rendimiento de la selección española, que convirtió el vestuario en una de las bases de su éxito.

La temporada terminó, pero el Barcelona no se había olvidado de nada. Empezando por Rosell, acusado por buena parte de la prensa catalana de ser un presidente blando, de no responder a tiempo a las supuestas ofensas del Real Madrid. Rosell no fue tan lejos como le pidió parte de la prensa catalana. Por ejemplo, el Sport exigió hace unos días que rompiera "inmediatamente" las relaciones con el Real Madrid. El presidente no llegó a ese extremo, pero le faltó muy poco. Así están las cosas casi un mes después de que finalizara la Liga española. Y cabe recordar que dentro justo de dos meses comenzará la nueva temporada con un doble enfrentamiento entre Barcelona y Real Madrid, con la Supercopa de España en juego.

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