Covirán Granada-Gipuzkoa | Crónica

El Covirán Granada acusa la responsabilidad

  • El conjunto de Pablo Pin cae derrotado en el Palacio de Deportes en un duelo en el que le costó mucho imponer su ritmo

  • Los rojinegros desperdician una gran oportunidad de asentarse en el liderato

Niang machaca el aro del Gipuzkoa.

Niang machaca el aro del Gipuzkoa. / FEB (Granada)

El Covirán Granada quiere darle emoción a la competición hasta el final. Los de Pablo Pin cayeron ante su público en un duelo en el que casi nunca tuvo el control del partido frente al Acunsa Gipuzkoa (71-75), que supo controlar los principales focos ofensivos de los granadinos. Las numerosas pérdidas marcaron una cita que obliga a los rojinegros a no fallar mucho más.

La confianza que dio la victoria el pasado domingo en Madrid ante Estudiantes pareció tener continuidad en el arranque del choque. Un parcial de 10-2, con triples de Lluís Costa y Thomas Bropleh incluidos, hizo pensar a los asistentes al Palacio de Deportes que la cita iba a ser plácida. Pero nada más lejos de la realidad. La fluidez en ataque se mantuvo durante los primeros cinco minutos en los que los rojinegros sumaron 19 puntos. Todo iba rodado.

Sin Vilà

El único inconveniente del primer cuarto fueron las dos faltas que sumó Jacobo Díaz. Y eso ayer supuso un problema añadido pues Ramón Vilà no pudo jugar al haber sido fichado con posterioridad a la fecha en la que se debió jugar el choque, aplazado en su momento por la disputa en Granada de la Copa del Rey. Con una rotación menos, era más necesario administrar a los hombres interiores.

Sin embargo, tras cinco buenos minutos, el Covirán se paró. Tanto que Gipuzkoa, con una intensa defensa, le endosó un parcial de 0-10 que obligó a Pablo Pin a parar el choque a 1:59 de terminar los diez primeros minutos. Christian Díaz rompió la mala racha con un tiro libre fruto de una técnica pero el duelo pasó a ser dominado por los donostiarras. De ir ganando de 10 se pasó a caer por 4, llegándose al final del primer acto con un 22-25. En cinco minutos anotó 19 puntos, en los siguientes cinco, tan sólo tres. Las seis pérdidas fueron, sin duda, una rémora como en el resto del choque.

Gran Niang

Los rojinegros sabían que para ganar tenían que apretar los dientes. Niang sí se puso manos a la obra y gracias a su intimidación se hizo el dueño de la zona en ambas pistas. Pero el juego exterior estuvo bien controlado por los de Lolo Encinas. Las pérdidas se fueron sucediendo (once al descanso) y el acierto no era como el de anteriores citas en el Palacio. En siete minutos del segundo cuarto ambos equipos anotaron ocho puntos, lo que demuestra que no era el día de la fluidez ofensiva.

Germán Martínez trata de pasar el balón. Germán Martínez trata de pasar el balón.

Germán Martínez trata de pasar el balón. / Fundación CB Granada (Granada)

Steinarsson y Delas puso ocho arriba al Gipuzkoa y Pin tuvo que parar el choque para corregir a sus jugadores ante los problemas para hacer daño a su rival. Restaban dos minutos para el descanso pero con pases a la grada, acción que se repitió en un par de acciones, era muy complicado recortar una diferencia que fue de siete al descanso (34-41). Y eso que contó con el apoyo de una grada que lejos de recriminar los errores de su equipo, lo apoyó con más intensidad que nunca.

Las pérdidas

El juego de los granadinos se basó en penetraciones pero faltaba una marcha más en todos los aspectos. Además de mover mejor el balón, y con más criterio, en cancha delantera. Cuatro asistencias y once pérdidas dejaron claro cuales eran las parcelas a corregir. Y eso que los porcentajes no era malos pero faltó pausa.

Con ese margen de mejora arrancó una segunda mitad en la que Pin buscó esa marcha más con Germán Martínez. El granadino contagió a sus compañeros con su trabajo defensivo y desde ahí creció el Covirán. Un parcial de 11-2 metió de lleno a los locales en el choque, despertó a la afición y volteó el marcador para lamento de Encinas, que tuvo que pedir tiempo muerto (45-43) tras un espectacular mate de Mamadou Niang, que cuajó un excelente encuentro.

Lluís Costa fue el máximo anotador pero Niang destacó en la zona sobre todo a nivel defensivo

Desde ese momento fue otro equipo. Llegó a ponerse cinco puntos por delante gracias a un triple de Christian Díaz pero la renta duró poco con dos pérdidas y sendas canastas fáciles que enervó al técnico rojinegro, que paró el choque para ponerle las pilas, de nuevo, a sus jugadores. El despertar llegó con Jacobo Díaz, que lanzó a su equipo con cuatro puntos seguidos siete arriba tras un parón del choque por un choque de cabezas entre Cristian Díaz y Steinarsson que terminó con el base islandés sangrando. No obstante, la renta terminó siendo de dos al término del tercer cuarto (58-56).

Tensión

Con las espadas en todo lo alto arrancaron los últimos diez minutos de partido en los que la tensión se palpó. El intercambio de canastas dio cortas ventajas a ambos equipos hasta que Lluís Costa anotó un triple a 6:43 del final que levantó al Palacio y provocó un tiempo muerto del técnico vasco. La igualdad fue la tónica y el desacierto también en los últimos cinco minutos. Gipuzkoa se puso cinco arriba a 2:23 y encendió las alarmas.

Tocaba volver a demostrar esa experiencia y pausa en los malos momentos que han mostrado los de Pin a lo largo de la campaña y que se vio en el Winzink Center el pasado domingo. A minuto y medio fueron tres los puntos que había que remontar. Costa dejó en dos la renta visitante a 60 segundos del final desde el tiro libre. Niang recuperó el balón pero tres intentos de triple de Germán, Jacobo Díaz y Bropleh no entraron. Simons anotó dos tiros libres a falta de 7,3 segundos dejando a su equipo cuatro arriba. Se intentó pero finalmente la sexta derrota de la temporada llegó. La ventaja conseguida en Madrid queda casi en nada. Aún queda mucho pero se perdió una gran ocasión.

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