Covirán Granada-Juaristi ISB | Crónica

Un día más en la oficina para el Covirán

  • El conjunto de Pablo Pin suma su novena victoria de la temporada tras derrotar al Juaristi ISB, que opone más resistencia de la prevista

David Iriarte trata de anotar ante Cissoko.

David Iriarte trata de anotar ante Cissoko. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

El Covirán Granada sumó una nueva victoria en un duelo ante el Juaristi ISB, antepenúltimo clasificado, que opuso más resistencia de la esperada pero que cayó ante la mayor calidad de los nazaríes (84-68). No fue el encuentro con más brillo de la temporada pero se sacó adelante, cerrando así el año en el Palacio de Deportes aunque no de la competición pues el martes 28 volverá a jugar.

Le costó entrar en calor a los rojinegros. Sobre todo porque se encontraron con un Juaristi que, de la mano del jovencísimo Sidy Cissoko, sorprendió en el arranque. El escolta de 17 años cedido por el Baskonia fue el autor de doce de los 20 puntos que anotó su equipo en el primer cuarto. Unos primeros minutos en los que las cuatro pérdidas y la poca claridad de ideas en pista delantera permitió al cuadro vasco mandar siempre en el marcador. Si bien en cierto que las rentas fueron cortas, no más de cuatro puntos, el dinamismo de Cissoko contagió a sus compañeros, que se atrevieron con todo.

Mal primer cuarto

Gracias al dominio del rebote defensivo, el Covirán no fue a rebufo en el marcador por muchos puntos. Se mostró muy incómodo y sin acierto en el tiro exterior. Su buen porcentaje en tiros de dos evitó que los de Azpeitia se marcharan al primer descanso con una renta mayor. Se concluyó con 17-20 sin poder estar por delante nunca. Pero este equipo tiene veteranía, pausa y tranquilidad y no se va de los partidos tan fácilmente. Y así fue.

Cuando los de Pablo Pin mejoraron en defensa pasaron a dominar el encuentro

En el inicio del segundo parcial Niang y Ellisor, con cuatro puntos consecutivos, pusieron por delante en el electrónico por primera vez a los nazaríes. El choque, que no fue precisamente brillante en su primera mitad, siguió una tónica poco atractiva. La puntuación bajó aún más y, a falta de cinco minutos para el descanso y con uno abajo (23-24), Pablo Pin se vio obligado a pedir tiempo muerto. No le gustaba lo que estaba viendo. Pero ni a él ni a nadie. La única vía para mejorar era defendiendo, y sobre todo, estar acertado en los triples aunque no fueron muchos los lanzados para lo que suele ser habitual.

De hecho, el primero en ser anotado lo logró Thomas Bropleh a tres minutos del descanso, lo que dio cierta tranquilidad al lograr cuatro puntos de ventaja. Con Lluís Costa muy bien defendido y con los jugadores de perímetro pocos acertados, los puntos en la pintura (24 al descanso) y la calidad del cuadro de Pin bastó para endosarle a su rival un parcial de 7-0, que provocó que Iñaki Jiménez, técnico vasco, parara el choque a 1:27 del receso. Una renta que alcanzó los seis puntos arriba, la máxima para los locales hasta el momento. Pero un nuevo triple de, quien sino, Cissoko evitó que los rojinegros se fueran a los vestuarios algo más tranquilos.

En el descanso hubo una 'lluvia' de peluches, una acción solidaria. En el descanso hubo una 'lluvia' de peluches, una acción solidaria.

En el descanso hubo una 'lluvia' de peluches, una acción solidaria. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

Al menos se logró dejar a los visitantes en diez puntos anotados, pero el uno de ocho en triples (12,5%) era una cifra muy pobre para el actual tercer clasificado de la LEB Oro. Si se seguía en esa línea defensiva la victoria caería sin mucho esfuerzo para los de Pablo Pin pero había que mejorar en ataque.

Intercambio

A base de anotar de tres en tres por parte de ambos equipos, bien sea desde la línea de 6,75, dos más uno o tiros libres, la segunda parte comenzó con muchos puntos en apenas tres minutos. Cada ataque terminaba en canasta y en esa dinámica si había un equipo con muchos focos de anotación, ese era el Covirán. En un pispás alcanzó los nueve de renta pero Seoane tomó el testigo en ataque para los vascos y evitó una mayor distancia. Sin embargo, el choque había cambiado y dos mates consecutivos de Niang y Jacobo Díaz levantó del letargo a los aficionados granadinos.

Los rojinegros fueron de menos a más en el duelo y terminaron con una renta considerable

Los jugadores de Juaristi comenzaron a hacer la guerra por su cuenta y eso benefició mucho al cuadro de Pin, que con un colchón en torno a diez puntos vivió tranquilo. Hasta que Savkov y la aparición de nuevo de Cissoko, con dos triples seguidos, frenaron la dinámica de los locales, que pararon el partido a 2:27 con 54-49. Savkov apretó aún más la cita con un nuevo triple mandando un mensaje claro de que a la mínima que el Covirán se relajara, no iban a bajar los brazos. Al menos un semigancho de Iriarte sobre la bocina permitió acudir a los últimos diez minutos seis arriba (60-54) aunque el camino para ganar ya se sabía cual era.

Cariño a Pin

En el cuarto decisivo, siguió la mejora y gracias a un parcial de 7-2, con triple incluido de Germán Martínez, el Covirán regresó a una renta plácida en torno a la decena de puntos que llegó a ser de quince a tres minutos el final aunque se quedó en 16 con el bocinazo final. La afición quiso apoyar a su entrenador que no ha pasado en los últimos días por su mejor momento tras el fallecimiento de su padre. Noveno triunfo del cuadro de Pablo Pin que sigue en la pelea por jugar la Copa Princesa...si el Covid-19 lo permite.

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