Covirán Granada-Oviedo | Crónica

El Covirán Granada es un rodillo en el Palacio

  • El conjunto de Pablo Pin suma su octava victoria de manera consecutiva tras vencer con contundencia al Oviedo, que opone resistencia sólo en la primera mitad

El canterano Ricardo Revelles fue el protagonista del aplauso griego al término del encuentro.

El canterano Ricardo Revelles fue el protagonista del aplauso griego al término del encuentro. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

El Covirán Granada es un rodillo. El conjunto de Pablo Pin ha adquirido velocidad de crucero y ante Oviedo volvió a demostrar que está a un nivel que le está permitiendo sacar sus encuentros con relativa facilidad. Sumó su octava victoria de manera consecutiva (96-68) gracias a un espectacular trabajo en defensa y al acierto anotador que le permitió superar los 20 puntos en cada uno de los cuartos. El cuadro granadino sigue firme en el liderato y se ha ganado por méritos propios el respeto de sus rivales.

Hansel Atencia inauguró el electrónico con un triple que no hizo más que despertar a la fiera. Y la fiera en esta ocasión tuvo nombre propio: Thomas Bropleh. El alero norteamericano ofreció durante el primer cuarto un repertorio de acierto desde más allá de 6,75. El de Denver tiró de calidad para dar las primeras ventajas a su equipo gracias sus enormes porcentajes desde el perímetro. Cuatro triples anotó demostrando que cuando está con la mano caliente es imparable.

Fondo de armario

Oviedo, que venía en buena racha, se encontró con un líder que no quería dejar pasar la oportunidad de asentarse en la primera plaza. Y su juego convenció en unos primeros diez minutos en los que volvió a mostrar que cuenta con un fondo de armario en el que todos aportan. Eso hizo que se llegara a tener nueve puntos de renta lo que provocó que Natxo Lezcano se viera obligado a pedir tiempo muerto a 4:54 del final del primer acto con 16-7 en el marcador, doce de ellos de Bropleh.

Jorgensen y Meana asumieron la responsabilidad en los visitantes e impidieron que los de nuevo vestidos de rosa se distanciaran más. Con Costa dominando el juego, Paul Jorgensen con siete puntos en la recta final evitó que los de Pin vivieran más tranquilos. Y eso que gracias a Ramón Vilà, que ha caído de pie en la entidad, hizo mucho daño en la pintura asturiana. Con 24-17 finalizó un primer parcial en el que los buenos porcentajes (por encima del 60% tanto de dos como de tres) volvieron a demostrar que el Covirán no está primero de la LEB Oro por casualidad.

Lluís Costa intenta pasar el balón a un compañero algo desequilibrado. Lluís Costa intenta pasar el balón a un compañero algo desequilibrado.

Lluís Costa intenta pasar el balón a un compañero algo desequilibrado. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

El testigo en cancha delantera lo asumió James Ellisor en el segundo cuarto ante un Oviedo que basó su juego en lanzamientos lejanos que no siempre eran la mejor opción. Pero los locales siguieron a lo suyo. Sin estridencias pero picando piedra. Si no era Ellisor, aparecía Vilà con un mate hasta que, de nuevo, hizo su aparición Bropleh tras un merecido descanso. El ex de Palma decidió que la renta era escasa y con cinco puntos seguidos, entre ellos su quinto triple del choque, lanzó a su equipo en el marcador con 37-24 a 5:13 del descanso, lo que obligó a Lezcano a parar de nuevo el choque.

Malos minutos

La renta rondó casi siempre la docena de puntos pero tras un parcial de 0-5 se bajó de diez (41-33), lo que hizo que Pin detuviera el choque. No quería ni un ápice de relajación en sus jugadores. Sin embargo, el colombiano Hansel Atencia protagonizó un parcial de 2-8 que acercó a los ovetenses a cinco (46-41) con 46 segundos por jugar antes del receso. Cinco puntos que se quedaron en tres al término de los primeros veinte minutos de partido (46-43). Había partido. Pero se había desperdiciado trece puntos en un pispás.

Thomas Bropleh y Pere Tomàs fueron los máximos anotadores del choque

Tras el espectáculo de la carrera de bebés se inició una segunda mitad en la que los de Pin decidieron que querían vivir tranquilos. Tanto que en apenas 2:12 le endosaron a su rival un parcial de 7-0 con el que lograron alcanzar de nuevo los diez puntos de ventaja. La defensa volvió a ser la que le gusta al técnico granadino y encima apareció Pere Tomàs, con un 2+1 y un triple, que permitió superar la barrera psicológica de los diez puntos. Pero la sensación de equipo que controla todas las situaciones transmite confianza a la grada. Costa, con un lanzamiento desde más allá de 6,75, permitió alcanzar los quince (64-49) ante un Oviedo que comenzó a desesperarse. De hecho, a Lezkano le pitaron una técnica al término del acto. Su equipo no estaba haciendo un mal partido pero enfrente tenía a un equipo que, a día de hoy, está en un nivel de forma espectacular. Y si encima defiende, como lo hizo dejando en doce puntos a los asturianos, la misión era casi imposible.

La fiesta

En los últimos diez minutos un 7-0 de inicio terminó por finiquitar el duelo. Se superaron los 20 de ventaja y el Palacio de Deportes comenzó a disfrutar con su equipo. Oviedo, que venía de superar claramente a Valladolid, Cáceres y Almansa, pasó a ser un muñeco a manos de los de Pin. Incluso el canterano Ricardo Revelles se sumó a la fiesta anotando un triple en su primera intervención, logrando así anotar los doce jugadores que saltaron a pista. Un ejemplo más del momento por el pasa el Covirán Granada que fue, una vez más, un rodillo. Y su afición así se lo reconoció con una enorme ovación y haciendo prácticamente en su totalidad el aplauso griego.

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