Covirán Granada-Palma | Crónica

El Covirán Granada se muestra muy serio y logra su segunda victoria del curso

  • El conjunto de Pablo Pin sigue invicto tras un duelo en el que siempre estuvo por delante

  • Los rojinegros realizan una actuación coral en el que todos los jugadores anotan

James Ellisor debutó ante su nueva afición.

James Ellisor debutó ante su nueva afición. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

El Covirán Granada no ha podido comenzar mejor su temporada. Tras vencer en Valladolid el pasado viernes, los de Pablo Pin se impusieron a Palma (78-62) en un duelo con luces, algunas sombras y mucha paciencia. Los rojinegros cuajaron una buena primera mitad y en la segunda, pese a no estar tan brillantes, tuvieron la tranquilidad necesaria para ganar a un contrario que siempre fue por detrás.

En el regreso de todos los abonados al Palacio de Deportes, la mejor carta de presentación del Covirán fue el triple de bienvenida que Germán Martínez regaló a los más fieles nada más iniciarse el choque. Fue un arranque con mucha fluidez en ataque en el que hasta cuatro jugadores anotaron en apenas tres minutos y medio de partido, lo que obligó a Pau Tomás, técnico visitante, a solicitar tiempo muerto. Una decisión que varió un tanto la dinámica del primer cuarto. Las imprecisiones comenzaron a llegar en el juego de los de Pin y con el nigeriano Ikpeze como único anotador, los baleares comenzaron a apretar el marcador.

Juego colectivo

Poco a poco los locales fueron encontrando soluciones ofensivas sin tener que abusar del tiro de tres como suele ser habitual en el juego de los rojinegros. Sin duda una buena noticia porque esta temporada los jugadores con los que cuenta Pablo Pin tienen muchos registros. Lluís Costa con un triple y Bropleh con un 2+1 junto a una canasta de Pere Tomàs tras una gran asistencia de Christian Díaz, puso los seis puntos arriba en un primer acto en el que debutó Ellisor ante su nuevo público. Pero un triple de Pol Figueras obligó al entrenador granadino a parar el duelo. Y los ajustes le sentaron bien al Covirán, que con cinco puntos seguidos de Jacobo Díaz y un lanzamiento de dos de Ellisor sobre la bocina, puso el 26-20 en el que los buenos porcentajes marcaron la diferencia, además de las siete asistencias y el dominio en el rebote.

David Iriarte termina como máximo anotador en el debut ante su nueva afición de Ellisor

Veintiséis puntos en diez minutos gracias a un buen juego de equipo fue el bagaje de unos primeros diez minutos que continuó en el segundo parcial. Ellisor, Tomàs e Iriarte asumieron la responsabilidad en ataque pero la mejor noticia fue la tercera falta personal de Amadi Ikpeze a 7:10 del descanso. Desde entonces, un parcial de 8-3 permitió superar la barrera de los diez puntos de renta. Además, el rival entró en bonus a cinco minutos del descanso, por lo que la situación era idónea para los nazaríes.

Edu Gatell y David Iriarte lucha por un rebote. Edu Gatell y David Iriarte lucha por un rebote.

Edu Gatell y David Iriarte lucha por un rebote. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

Sin embargo, un parcial de 0-6 volvió a apretar el electrónico ante un insatisfecho Pablo Pin que se vio obligado a pedir su segundo tiempo muerto del encuentro. Una vez más, a su equipo le costó mantener una ventaja holgada y eso, en el inicio de la temporada, debe ser corregido cuanto antes. Gatell se echó el equipo a su espalda y mantuvo el colchón con puntos e intensidad para volver a rozar los diez. Cuando se movió el balón con cabeza, el Covirán anotó fácil. Otra cosa era cuando cada uno hacía la guerra por su cuenta y eso es lo que Pin trató de cortar de raíz. Bropleh optó entonces por penetrar más que lanzar desde el perímetro y sacó mucho rédito, demostrando que no siempre el lanzamiento de tres es la mejor solución. El juego colectivo llevó a rozar los 50 puntos al receso, quedando clara la calidad que tiene esta plantilla en cancha delantera (49-41). Anotaron todos los jugadores que pisaron el parqué del Palacio menos Christian Díaz pero fueron las escasas pérdidas, tan sólo tres, las que permitieron mandar en el duelo. Los 28 puntos en la pintura y no siempre de los pívots, dejó claro dónde hicieron daño a su rival.

Atascado

Tras el paso por vestuarios, fue Palma el que entró mejor al partido. Un parcial de 0-6, roto con un mate de Niang, volvió a apretar el electrónico. Ikpeze regresó a la pista y siguió haciendo daño. Pero fueron las pérdidas las que metieron a Palma en el duelo. La afición le solicitaba a Pin que parara el choque con 51-50. Los de Tomás apretaron defensivamente ante unos locales sin ideas en ataque. Hasta que el técnico terminó por solicitar tiempo con 5:18 por jugar. Se había cerrado el aro y había que buscar soluciones. Dos puntos en casi cinco minutos y medio fue el balance de una reanudación decepcionante tras lo visto en la primera mitad. Además, hubo un par de parones en el juego que no ayudaron a tener continuidad. Christian al fin cortó la sequía pero la fluidez no era, ni de lejos, la misma. El 0/7 en triples era un claro ejemplo en este periodo. Al menos, a base de tiros libres se fue recuperando el equipo.

Palma no supo aprovechar los momentos de poco acierto de los de Pin en el tercer cuarto

Gracias a la paciencia, no se fueron del choque los jugadores de Pin. Principalmente porque Palma no supo aprovechar los malos momentos de los nazaríes debido a sus numerosas pérdidas. Un mal momento que se solventó con tablas, como le gusta decir a Pin, y un parcial de 16-4. Ello permitió llegar a estar trece arriba gracias a una gran penetración de Germán Martínez. Iriarte, el máximo anotador, dejó el 67-54 con los últimos diez minutos por delante.

Demasiada renta

En el cuarto decisivo los de Pin se pusieron el mono de trabajo en defensa. Se siguió la tónica del tercer periodo, pero la renta siempre estuvo en torno a los diez puntos, lo que hizo tener tranquilidad porque la sensación era que Palma no tenía argumentos suficientes para voltear el marcador. Con un pobre 4-6 de parcial global a falta de poco menos de cuatro minutos para el final, al Covirán le bastó con administrar su diferencia para lograr la segunda victoria de la temporada en dos partidos. Y así lo hizo. Palma bajó los brazos y Pere Tomàs con un triple terminó por dejar la renta en 16 puntos, máxima y algo irreal para lo visto.

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