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Una cuestión sanguínea

  • Ni los cambios de Alcaraz sirven para despertar a un equipo descompuesto

¿Tiene el Espanyol mucha mejor plantilla que el Granada? Si le preguntas a muchos entrenadores, lo más probable es que negaran rotundamente. Dicho lo cual, es complicado entender que el balance de los partidos entre ambos sea de dos victorias para los blanquiazules y sus consiguientes seis puntos y cero para los rojiblancos. Una de las razones se puede encontrar en que los pericos dan la imprensión de jugar cada partido con garra como si fuera una final, mientras que al equipo de Lucas Alcaraz le vendría bien una transfusión sanguínea. Pero, hay más motivos.

Un salto de línea

En la primera parte, ambos equipos prefirieron saltarse el medio del campo. Dado que en la medular la batalla que libraron el trivote rojiblanco y los aguerridos mediocentros pericos dejaba poco espacio al juego pausado, el balón transitó lo justo por esa zona. El Espanyol buscó balones en largo, a los que se anticiparon con frecuencia Stuani y John Córdoba, mientras que el Granada hizo un uso escaso del trivote y comenzó la circulación desde las bandas sin mucha profundidad.

presión efectiva

Es cierto que El Arabi no es un jugador que se prodigue mucho en la presión, pero cuando se vacía muchas veces da en el clavo. Ayer puso nervioso a Víctor Álvarez. El defensa españolista falló un pase cuando vio aparecer al delantero marroquí, en una jugada que acabó con Buonanotte ejerciendo de 'chupón', por tanto en nada. En la acción siguiente, Víctor Álvarez volvió a errar en la salida de balón y, al final, acabó expulsado por derribar a El Arabi cuando se iba solo a la portería. Un panorama idílico para los rojiblancos...

de cajón

Con el conjunto rival con diez sobre el terreno de juego, era el momento de maniobrar con cabeza y abusar de la posesión. Una faceta que por cierto al Granada se le da bien, el de manejar con precisión la circulación de balón. Esa es la teoría que el equipo rojiblanco no puso en práctica. El Espanyol, desquiciado por el árbitro pero igual de intenso, dominó el partido gracias a su presión. Los pericos se llevaron todos los balones divididos y los rebotes, principalmente porque estaban más metidos en el encuentro.

ALCARAZ, MUY ATENTO

La segunda parte era el momento de pasar a la acción. Alcaraz, criticado en las últimas jornadas por no mover el banquillo, respondió rápido y bien. El técnico rojiblanco realizó los cambios idóneos, varió el sistema constantemente y acabó con cinco atacantes puros. No se trata de un problema del entrenador, sino de la entrega de sus futbolistas y de por ejemplo...

inoperancia arriba

Una ocasión clara contabilizó el Granada, que es un equipo manso en ataque y que ni siquiera acabó agobiando al Espanyol.

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